El otro hermano

Crítica de Matias Seoane - Alta Peli

Miserias de pueblo alejado.

El Otro HermanoAunque lleva años alejado de su familia, Cetarti (Daniel Hendler) emprende el largo viaje en auto al pueblo chaqueño de Lapachito para reconocer en la morgue los cuerpos de su madre y su hermano, brutalmente asesinados por la nueva pareja de ella. Por motivos desconocidos, este militar retirado del que él no tenía ni noticias de su existencia, los ejecutó a ambos con una escopeta antes de suicidarse. A Cetarti no lo mueve el amor filial ni el sentido del deber, si se decide a invertir tiempo en esta tarea es principalmente porque Duarte, amigo y albacea del asesino, le informa que tiene un seguro de vida para cobrar. Además está desempleado y en un estado de completa apatía sin nada mejor que hacer, claro. Duarte tampoco lo ayuda desinteresadamente, sabe que con sus contactos puede lograr que cobre ese seguro en tiempo record y quedarse con una comisión que se apile con los otros ingresos espurios que persigue continuamente. Obligado a quedarse algunos días en el pueblo, Cetarti se instala en la antigua casa de su hermano para vender sus cosas y conseguir algo de dinero extra, con el sueño de poder seguir viaje hacia Brasil. Por lo que cuando Duarte le ofrece algo de dinero fácil, este acepta sin hacer muchas preguntas sobre su procedencia..

Un Coen tercermundista:
La marginalidad es un tema de interés recurrente en las producciones de Israel Adrián Caetano (Un Oso Rojo, Pizza, Birra y Faso), por más que se le suela criticar su verosimilitud. Con El Otro Hermano le agrega una carga de sordidez con los crímenes del despreciable Duarte y la apática complicidad de Cetarti, encarnación de la vieja frase de que para que triunfe el mal alcanza con que los buenos no hagan nada. La interpretación de Sbaraglia es muy potente, con una carga de humor negro considerable al encarnar un sociópata capaz de lo que sea para su beneficio. Es un personaje que camina siempre al borde del absurdo y logra que en muy contados instantes parezca haber cruzado esa frontera. También es interesante el trabajo de su ladero adolescente (Alián Devetac), fundamental para que su parte de la trama funcione.

El problema está en la otra mitad de la trama, el supuesto contrapeso. Todo lo interesante que puede tener la historia y el personaje de Duarte, Cetarti lo tiene de intrascendente. La mayoría de sus escenas no hacen avanzar la trama ni profundizan sobre el personaje, apenas reiteran varias veces las mismas ideas sobre su personalidad casi vegetativa que lo vuelven cómplice por apatía del otro protagonista. Si la intención de esas escenas es transmitir al público el tedio del personaje, tiene éxito. En caso contrario, sólo logra que El Otro Hermano sea más larga de lo que necesita y se diluya mucha de la potencia de thriller que podría tener.

Profundizar en elogios hacia la calidad técnica de esta clase de producciones con los recursos y experiencia de Caetano, puede quedar un poco redundante, pero no está de más mencionarlo. Desde hace varios años la calidad visual del cine local ha ido en aumento y ya no es tan extraño que las imágenes hablen tanto como los personajes, algo para lo que el director tiene una habilidad difícil de discutir. En todo caso el debate puede quedar para el contenido de lo que cuenta que al menos en este caso resulta bastante chato.

Conclusión:
El Otro Hermano es una película partida, con todo lo interesante apilado en las escenas de un solo personaje y relleno en el resto, volviendo tedioso lo que probablemente con media hora menos podría haber sido un thriller interesante.