El otro fútbol

Crítica de Fernando López - La Nación

Césped más o menos cuidado; piso de tierra, polvoriento o barroso; en pocos casos, césped sintético; calor sofocante en ciertos lugares, en otros, tanto frío que los jueces de línea están autorizados a usar pantalones largos. Y además, el viento que gobierna a su antojo el rumbo de la pelota. Pero no hay obstáculo que pueda con la pasión del fútbol, la misma en todas partes, aunque aquí se esté muy lejos de los millones y el ruido mediático de Primera. Este es el ascenso en todas sus categorías, de los que están cerca de los campeonatos donde militan los grandes hasta los de aspiraciones más modestas.

Federico Peretti conoció de cerca ese mundo como fotógrafo de la revista Ascenso y dedicó años a registrarlo. Lo que vio fue no tanto el sacrificio en el que suele hacerse hincapié cuando se habla de jugadores que dividen su tiempo entre el trabajo para ganarse la vida y la obligación deportiva, sino el amor que hay detrás de esa elección. En general, se juega por placer: el sacrificio no es tal. Ni para el colectivero de Kimberley ni para el taxista que es árbitro, ni mucho menos para los del equipo penitenciario de Campana, en el que conviven presos y carceleros, o para el periodista radial que relata desde la tribuna con un equipo precario, ni para el hincha. Cuestión de amor, de pertenencia.

Aquí no se ve mucho fútbol porque lo que interesa es ese fenómeno humano que Peretti plasmó primero en un libro de fotos, testimonio de su sensibilidad plástica, y ahora en este primer film. En cambio sí se ve el espíritu que anima a todos los que se comprometen en un proyecto común. Porque no se trata sólo de la búsqueda del éxito. Es cuidar a la criatura que han contribuido a crear, a sostener; desde cualquier función, del dirigente al utilero, del técnico al que fabrica banderines o al hincha que nunca falla.

Todos tienen oportunidad de manifestarse en este documento sencillo pero sentido, cuya única nota discordante es el tramo dedicado al descenso de River, cuya historia, con todo lo dramática que pudo haber sido, poco tiene que ver con el tema central de la película.