El origen de los guardianes

Crítica de Ramiro Ortiz - La Voz del Interior

El origen de los guardianes es una película con una imaginación magnífica, con vitalidad, con una historia que llega cerca del corazón, y con muy buenos efectos visuales. También es una película con partes oscuras, que pueden atemorizar a algunos niños. Y también, un relato sobre algunas tradiciones que no son las nuestras, a las que en muchos momentos de la película, nos asomaremos como extraños.

El argumento tiene a Santa Claus y al Conejo de Pascuas (hasta aquí conocidos por nosotros), más el Hada de los Dientes (el Ratón Pérez del hemisferio norte), Jack Frost (figura élfica que hace llegar el invierno) y Sandman (personaje del folklore anglosajón que ayuda a soñar lindo a los niños esparciendo arena mágica en sus ojos), reunidos en una especie de grupo de superhéroes. El villano, en tanto, es Pitch Black (el negro absoluto), quien infundiendo el miedo quiere que los niños dejen de creer en los seres maravillosos y sólo piensen en él.

El nombre de William Joyce debe ser tomado como referencia para quienes se interesen en esta película. Se trata de un escritor para niños (entre otros oficios) del que solo se conoce una uña en esta parte del mundo, pero que en EE.UU. es famoso y prolífico. De su pluma llegó hasta aquí solamente una adaptación antes de la presente, se trató de La familia del futuro. Pero Joyce tiene decenas de libros y hasta sagas escritas, y está muy vinculado al mundo del cine, habiendo colaborado por ejemplo en el concepto de la creación de personajes para filmes como Toy story y Bichos. Asimismo, como codirector, ganó este año el Oscar al mejor cortometraje animado con un trabajo titulado The fantastic flying books of Mr. Morris Less more (Los fantásticos libros voladores del Sr. Morris Menosesmás), que se proyectó en algunas salas en los últimos meses, circuló por Facebook y también puede verse por YouTube.