El origen de los guardianes

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Entre el asombro y el miedo

Con menos guiños para el público adulto y apuntada directamente a los niños, esta aventura épica del sello Dreamworks, que cuenta con la dirección de Peter Ramsey, navega entre el universo de las creencias populares y el reinado oscuro impuesto por el villano de turno.

El héroe de la película, Jack Frost (con voz de Chris Pine en la versión original) pasa desapercibido entre los humanos y quiere averigurar su pasado para poder entender su presente. En su aventura para convertirse en "Guardián" une fuerzas con Norte, un fornido Santa Claus; El Conejo de Pascuas; El Hada de los Dientes y Sandman. Parece que los niños han perdido la credibilidad sobre estos personajes de la cultura popular y ahora su existencia -y la de los chicos de todo el mundo- se ve amenazada por Pitch (Alec Baldwin) y su oscuro reinado, una criatura que parece salida de Avatar.

El origen de los guardianes impulsa a este equipo de héroes con habilidades muy particulares que habitan el Polo Norte, un mundo de ilusiones y fantasía y que, a su modo, intentan como una suerte de fantasmas, intervenir en las cuestiones mundanas.

La película cuenta con excelentes rubros técnicos y acumula persecuciones, efectivos gags y viajes en trineo, además de un grupo de simpáticas hadas. Pero el acierto del relato pasa por pintar, al igual que en El expreso Polar, una infancia desprotegida y la pérdida de la capacidad de asombro e imaginación.

Los realizadores (al igual que los personajes que evitan que se apaguen las luces que representan a cada uno de los niños del mundo), también mantienen encendida la mecha de la aventura.