El niño y la bestia

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Inteligente fábula japonesa con imágenes fascinantes

El director de “Los niños bobos” y “La chica que saltaba a través del tiempo” combina buenos gags con bastante acción, en un film que los adultos pueden disfrutar tanto como los chicos.

Un chico rebelde con problemas familiares se escapa y deambula solo por una ciudad japonesa, hasta que un extraño atajo sobrenatural lo lleva a un mundo paralelo, el mundo de las bestias. Bestias que son mucho más humanas que los humanos, donde se vuelve discípulo de una especie de samurái oso y recibe consejos de un sacerdote cerdo.

Para empezar, "El niño y la bestia" tiene ese delirio totalmente demente pero fascinante que sólo consiguen los mejores films de animación japoneses, y también está lleno de imágenes alucinantes, que impactan sobre todo en los grandes planos generales de las ciudades, tanto de las habitadas por humanos como la de estas curiosas "bestias".

El director Mammoru Hosuda, premiado en cuanto festival compitieron sus películas, que incluyen títulos como "Los niños lobos" y "La chica que saltaba a través del tiempo", maneja muy bien el equilibrio entre delirio, misterio y humor lunático, logrando combinar buenos gags con bastante acción, incluyendo un formidable duelo samurái en el que los guerreros nunca usan sus espadas. También hay un mensaje sobre el peligro que conllevan los humanos para los animales, ya que los hombres tienen una tendencia a la oscuridad que las bestias nunca tendrán.

Este es el tipo de film que pueden disfrutar tanto chicos como adultos y se lo puede recomendar a todo tipo de público.