El niño y la bestia

Crítica de Cecilia Tedesco - Revista Meta

Es el nuevo trabajo del realizador y animador japonés Mamoru Hosoda. Sus dos films anteriores “Summer Wars” (2009) y “Wolf Children” (2012) habían pasado por el BAFICI solamente siendo “El niño y la bestia” (2015) el primero en llegar al circuito comercial, pero solo se estrenó en las salas de Hoyts y de Cinemark.

El relato comienza mostrando la ciudad más poblada de Jutengai, el mundo de las bestias, cuyo Lord se encuentra próximo a convertirse en un dios y por ello ha decidido buscar un sucesor. Muchos se han ido preparando para obtener el tan ansiado puesto pero solo dos han quedado como candidatos y son totalmente opuestos. Por un lado, Iozen, un león de buen carácter, amable, con dos hijos: Ichirohiko y Jiromaru, con muchos aprendices y admiradores; y por el otro, Kumatetsu, un tipo bruto, fuerte, grosero, holgazán, egoísta y triste, sin hijos, ningún aprendiz a su cargo, y que solo tiene dos amigos: Hyakushubo, un monje de entrenamiento bastante sabio, y Tatara, un personaje algo cínico pero tranquilo.

Mientras tanto en Shibuya, Tokio, un niño de nueve años llamado Ren acaba de perder a su madre con quien vivía desde el divorcio de sus padres, y como no quiso quedarse con sus tutores legales, escapó de su casa enojado con todos y ahora deambula solo por la ciudad.

Debido a la sugerencia del Lord de tomar un aprendiz, Kumatetsu cruza al mundo humano en su búsqueda porque en su mundo nadie lo quiere como maestro, y es ahí cuando ve a Ren, quien termina escapando de la policía y tras ingresar por accidente en un extraño edificio lleno de pasillos, pasa al mundo de las bestias donde es rescatado por Hyakushubo. Cuando Kumatetsu lo ve, lo reconoce y lo toma como aprendiz, con el permiso del Lord y a pesar de las protestas de Iozen por tratarse de un humano que se supone no debería estar allí, porque… “los humanos son frágiles y por ello tienen oscuridad en sus corazones”, y como la oscuridad no se puede controlar ambos mundos están separados. Kumatetsu lo lleva a su casa y comienza a llamarlo Kyuta, que significa nueve, en relación a la edad del niño.

Kumatetsu es impulsivo y no tiene paciencia para enseñar. Para tener un aprendiz hace falta compromiso y responsabilidad, algo de lo cual no tiene mucha idea, por ello la relación con el niño se convertirá en un gran aprendizaje para él, y afectará la vida de ambos, haciendo de Kyuta un jóven fuerte y seguro de si mismo, y de Kumatetsu un buen maestro con el cual muchos querrán entrenar, y de paso un individuo un poco más sabio. Kyuta / Ren, visitará el mundo humano donde conocerá a Kaede, una jóven que se convertirá en su amiga; pero una vez allí descubrirá también que hay algo de su pasado que deberá superar para sanar por dentro.

Mamoru Hosoda escribió el guión además de dirigir la película, que se destaca por tener una gran calidad de animación propia del animé japonés, una narración sólida, una historia dramática y profunda, y personajes bien delineados que a pesar de no ser de carne y hueso logran conmovernos, como ha ocurrido con sus trabajos anteriores. Aparece en el relato una referencia a la novela de Herman Melville “Moby Dick”, siendo la ballena que perseguía el Capitán Ahab, el espejo de si mismo, y en este caso de uno de los personajes.

La película toca los siguientes temas: “se debe educar con el esfuerzo y con el ejemplo”; el significado de la fuerza interior es diferente para cada persona, “solo cuando conoces tu fuerza sabes quien eres”; los poderes no son para presumir sino para el bien de todos; “eres hijo de una bestia criado por bestias”… ¿quien será la verdadera bestia?…; “todos cargamos con alguna forma de oscuridad interior”, para acabar con ella debemos sanar la parte emocional; hay que entender al enemigo para poder vencerlo; la figura paterna: Kyuta ve a Kumatetsu como maestro y como padre; el verdadero poder interior viene del corazón.

No recomiendo este film para niños pequeños debido a la profundidad del mismo según lo expuesto anteriormente, y teniendo en cuenta que dura casi dos horas.