El navegante solitario

Crítica de Mariana Zabaleta - Subjetiva

La inmensidad como refugio de la soledad. Historia de un navegante de largo aliento, monumento a la voluntad y a la fortaleza física y psíquica. Víctor Dumas, héroe popular de la patria. Sus ojos fijos al cielo celeste y blanco coronado por un sol de gloria. La patria Argentina estuvo en el firmamento que recortó el noble mástil corazón.

Este retrato, encarado con pasión y entusiasmo, reúne diversos testimonios. Nietos y sobrinos construyen el retrato humano, complejo pero enternecedor, cabalgando fotografías y archivo audiovisual casero. Los biógrafos Ricardo Cufré y Roberto Alonso comparten información vital y pulcramente dispuesta para reconstruir la historia del hombre y el héroe nacional. Desde el Museo del transporte Cufré nos contagia su entusiasmo, los amantes del mar son hombres de honor y respetan los secretos como legados.

Los testimonios de navegantes, trabajadores, aficionados y amantes del mundo de la náutica inundan la propuesta dinámicamente compuesta en juego con todo el material de archivo. La diversidad de soportes da cuenta del gran trabajo de investigación que embarco su director Rodolfo Petriz. La voz en off permite unir los relatos como perlas, animaciones fluctúan entre mapas y secretos.

Víctor Dumas es muchas cosas. Allí la complejidad y hazaña del más temerario gaucho de los mares. Desafiando al mar, y a los mufas burgueses que con malicia cotillearon sobre sus peripecias. Vito de la gente, arrebató los laureles de la burguesía para compartir la algarabía con su pueblo. Varias rutas imposibles, rutas de la muerte fueron doblegadas por Vito y su nave, hecho uno con ella, mancomunado en mito.

EL NAVEGANTE SOLITARIO
El navegante solitario. Argentina, 2020.
Director: Rodolfo Petriz. Duración: 108 minutos.