El nacional

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

El Nacional: las cosas cambian
“Era aquel un colegio sombrío, de misticas bóvedas y obscuros corredores… allí se formaron esos genios de temple y doctrina quienes crearon una patria.”

Ya hay en el cine argentino dos buenos ejemplos de documentales contemporáneos que desarrollaron el tema de las escuelas secundarias, que anteceden a este documental de Alejadro Hartmann sobre el Colegio Nacional Buenos Aires. Ellos son La toma, de Sandra Gugliotta (2010) y Despues de Sarmiento de Francisco Márquez (2015). Ralizados como cajas de resonancia de las transformaciones sociales que se vienen produciendo en los ultimos 10 años: tanto Gugliotta (en el colegio Nicolas Avellaneda) como Márquez (en el Sarmiento) se internan en ese microcosmos y transforman la escuela en espacio filmico.

Pero Hartmann, realizador del correcto documental sobre el asesinato de José Luis Cabezas que puede verse en Netflix, logra entrar al infranqueable colegio de los colegios de la ciudad de Buenos Aires: el formador de la élite de la capital de la Argentina, fundado en 1863, luego incorporado a la Universidad de Buenos Aires, marca la historia del país y de quienes lo atravesaron: cientificos, politicos, intelectuales, ilustres nombres de la historia nacional.

Allí está la permanencia de su arquitectura para demostrarlo: con todo el peso de la tradicion clasicista: columnas, balaustradas, grandes vitrinas de madera, muebles, etc. Incluso el uso de la música.

Aquellos genios “ de temple que crearon la patria” sellan el espíritu de la pelicula. Mientras, un anciano ex alumno recorre los pasillos que tienen “los mismos azulejos verdes”, para ir al encuentro del Rector, placa, medalla y visita a las aulas. “Antes no había mujeres” dice.

Entre esa tradición digerida y el presente movedizo el documental se planta en tomas cortas o primeros planos de los espacios: laboratorios, la biblioteca, los frascos de formol, los óleos de Mitre, de Moreno, los bustos de Sarmiento, Avellaneda. Un pasado intervenido a su vez por un presente que irrumpe bajo el tono de la hipotesis de que las cosass cambian. Es que como cualquier institución, el Nacional está viva, responde a las transformaciones sociales no sin conflicto: asambleas, discusiones sobre el derecho al aborto, tomas en defensa de la lucha docente o de los debates en el Congreso.

La modalidad de observación le sirve a Hartmann para abordar esos dos ejes e ingresar a un colegio pensado como fortaleza, develado aquí en sus contradicciones y conflictos.

Filmada en el año 2018 cuando aquellos debates estaban en proceso, y aprovechando el cambio de Rector Gustavo Zorzoli, los temas que se van presentando le permiten tambien adentrarse en algunas reuniones que actualizan los temas que preocupan a los adolescentes (el Centro de Estudiantes) y los que tienen sus padres (la Cooperadora).

Un documental de tensiones que evidencia un espiritu de época.