El método Tangalanga

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Hubo un fenómeno en nuestro país que protagonizó un personaje llamado “Tangalanga” que baso su humor en las cargadas telefónicas, en una conversación seria que siempre derivaba en la puteada y el insulto certero. Bromas que se registraban en cassettes que corrían de mano en mano cimentado una fama y una leyenda únicas. El film de Matero Bendesky es una aproximación y un homenaje a los orígenes de este personaje tan singular. Es la historia de un empleado de cargo importante en una empresa que tiene horror a hablar en público y timidez brutal con las mujeres. Corre el año 1962 y Jorge Rizzi, asi se llama el personaje de ficción, luego de muchas anécdotas desopilantes con sus problemas, logra, gracias a un extravagante hipnotizador, sacar a su propio Mister Hyde afuera. Y eso lo usa para vengarse, para entretener a su amigo enfermo. Y, sin los insultos, conquistar a la mujer que lo enamora. El humor se transforma en su súper poder. Toda la ambientación, el tono, la fotografía nos lleva a ese cine de las comedia románticas clásicas argentinas, con un precioso cuidado de todos los magníficos rubros técnicos. El guión de Sergio Dubcovsky, Nicolas Schujman y el propio director tiene la redondez de un libro muy trabajado. Y los intérpretes son una gloria: Martin Piroyansky deslumbra con su creación, ya no podríamos imaginar a otro para este rol, Julieta Zylberberg da en la tecla de esta mujer romántica y poderosa, Alan Sabbah es el amigo clave y Silvio Soldán sorprende. Es una comedia con aires del pasado pero inteligentemente actual que usa el humor, uno tan argentino por cierto, como instrumento para derribar inhibiciones y encontrar nada más ni nada menos que la felicidad. Un disfrute imperdible.