El menú

Crítica de Santiago García - Leer Cine

El tráiler de El menú se veía prolijo, con actores famosos y un montón de interrogantes, a pesar del exceso de información que daban esos dos minutos. La buena noticia para aquellos que vieron ese tráiler es que ya se pueden ahorrar la película completa. Esta sátira del mundo de la alta cocina que se autopercibe comedia es un tortuoso relato que nunca conduce a nada y que cuando finalmente desea hacer su reflexión final, termina siendo una tontería tan innecesaria como obvia. No vale la pena buscarle la vuelta, sus ideas del mundo son tan simples y demagógicas que no existe ni un solo análisis por debajo de la superficie.

La historia es la de un grupo de clientes que busca la más exclusiva experiencia culinaria y para eso es llevado a una isla donde funciona el restaurante Hawthorne. Allí el Chef Slowik (Ralph Fiennes) ofrecerá un trabajo único, con un espléndido menú de gastronomía molecular. Margot (Anya Taylor-Joy) y Tyler (Nicholas Hoult) son una pareja que no parece conocerse demasiado y forman parte del reducido número de clientes de esa noche. El chef tendrá preparado para todos algunas experiencias shockeantes que son parte de la obra maestra planificada al milímetro por él.

La inverosimilitud de todas y cada una de las situaciones podría ser aceptada si la película tuviera en su búsqueda del humor algún acierto. Nada es gracioso, ningún personaje tiene interés y todo el guión está hecho de baches severos sin explicación aceptable. Es siempre un problema hacer películas sobre la excelencia, el esnobismo y el arte. Porque si no se está a la altura, el ruido que se produce la convierte en una película mucho peor. Lo único que uno ruega es que a la hora de escribir las críticas aquellos encargados de hacerlas eviten las metáforas vinculadas con la comida.