El mayordomo

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

“La historia estaba cambiando muy rápido y yo no sabía de qué lado estaba”. Eso reflexiona Cecil, el protagonista de “El mayordomo”, atrapado en medio de los disturbios raciales que sacudieron a los Estados Unidos de la posguerra. Se trata de una película ambiciosa con personajes complejos que cuenta la historia de ese país desde principios del siglo pasado hasta la asunción de Barack Obama, desde la perspectiva de la lucha por los derechos civiles. El director Lee Daniels, nominado al Oscar en 2010 por “Preciosa”, vuelve sobre el tema racial, esta vez a través de Cecil Gaines, inspirado en la vida de Eugene Allen, quien estuvo al servicio de siete presidentes, desde Dwight Eisenhower, en los 50, hasta Ronald Reagan, en los 80. Los personajes deben mostrar en dos horas de qué manera aquellos cambios los dejaban en medio de un mundo desconocido. Uno de los lados está representado por Cecil, que aprendió a pesar de su infancia desgraciada a ser leal, silencioso, eficiente y casi invisible como una forma de ascender de la brutalidad de una plantación a los mullidos salones de la Casa Blanca. Y el otro por su hijo, un universitario radicalizado, que coquetea con los Panteras Negras, y quiere hacer valer sus derechos como ciudadano. Una palabra que, según su madre, sólo puede causar risa en la boca de un negro.