El mayordomo

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Patria, racismo y emoción

"No hables, No escuches. Solo sirve", le dicen a Cecil Gaines (un extraordinario Forest Whitaker) en este drama épico que resultó una sorpresa en las boleterías de los Estados Unidos meses atrás.

El mayordomo no disimula su intención pro-Obama y entrega las dosis exactas de emoción en el convulsionado mundo político de los Estados Unidos a lo largo de siete administraciones presidenciales. La historia comienza en 1926 (Cecil es un niño que presencia el aesinato de su padre en plena época racial) y recorre luego su crecimiento hasta convertirse en mayordomo de la Casa Blanca durante el desarrollo del movimiento por los derechos civiles.

La película de Lee Daniels (Preciosa) acierta en la pintura de época y plasma en imágenes la formación de una familia (la esposa está encarnada por una convincente Oprah Winfrey) que supo acomodarse y también conoció la "traición" de uno de sus hijos (David Otelowo) cuando abandona el hogar y comienza la lucha por sus ideales.

El relato coloca en primer plano la resistencia, el silencio, el dolor, el compañerismo (ahí dice presente Cuba Gooding Jr.) y la perseverancia del clan que pudo sobrevivir al horror. Al mejor estilo de El color púrpura y de la más reciente Historias Cruzadas, la película emociona y está atravesada por relaciones familiares alteradas en plena época de cambios.

Un elenco de destacasa figuras tiene sus cameos: Mariah Carey, Lenny Kravitz, Robin Williams (Eisenhower), John Cusack (Richard Nixon), Liev Schreiber (Lyndon B. Johnson, James Mardsen (John F. Kennedy), Alan Rickman (Ronald Reagan), Jane Fonda (Nancy Reagan) y Vanessa Redgrave. Todo pensado para conmover al espectador a través del revisionismo histórico. Y lo logra.