El maestro

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Rodada íntegramente en La Merced (Salta), nos habla de relaciones humanas. A través de la figura de un maestro con gran vocación docente, su vida sufre un vuelco con la llegada al pueblo de un colega docente. Se trata de una historia dramática y emotiva que explora los conflictos y prejuicios irracionales de la sociedad. “El Maestro” es una película incómoda, que retrata -con sencillez pero sin superficialidades- un conflicto atávico y primitivo, que parece pertenecer a otro tiempo.

Protagonizada por un cast conformado por Diego Velázquez, Ana Katz, Ezequiel Tronconi y Valentín Mayor Borzone, entre otros intérpretes nativos salteños, este reciente estreno está inspirada en un maestro real (Eric Satler), docente en la escuela primaria de la directora, quien toma un retrato vívido de lo que el docente provocó en la autora y sus alumnos, del pueblo Ucacha, donde ella es oriunda, para ficcionalizar la figura de un hacedor cultural de incansable labor como gestor cultural de su entorno.

Amor, amistad y sexualidad conforman el esquema central del relato. También las relaciones paterno-filiales así como el acompañamiento que se genera en el vínculo docente y alumno, involucran las contradicciones existentes en un micromundo despojado de una mirada bella o idealizada, en donde el mandato social impone sobre aquello que los personajes deben o quieren hacer. De forma austera, este abordaje forma parte del espectro dramático que trama el film en sus lineamientos generales, pretendiendo dignificar una historia denunciando la doble moral imperante y la indignación que produce la discriminación sexual latente y arraigada en ciertos sectores de nuestra sociedad.