El llanero solitario

Crítica de Julia Helbing - El Espectador Avezado

El regreso del enmascarado

The Lone Ranger” era una apuesta riesgosa. Desde los números, y desde la concepción. Volver a este gran clásico con la mirada de este tiempo, no parecía tarea sencilla (valía la pena correr tantos riesgos?) pero sin embargo Gore Verbinski (amigo personal de Depp, hombre responsable de la triología de “Pirates of the Caribean”) hizo tándem nuevamente con otro grande de la industria (Jerry Bruckheimer en los números) y se animó a darle vida a una de las historias más pintorescas del lejano Oeste: El llanero solitario.

Detractores y puristas, hay que avisarles, no esperen más que un homenaje al enmascarado, el resto, es cine de acción y aventuras acorde a los cánones de este tiempo, con cierta dosis de humor negro y gran despliegue visual.

Al comenzar la película, nos encontramos a Toro como un hombre mayor, que forma parte de vitrina titulada "Noble Savage" en una exposición de 1933 del Wild West, así que nuestra historia estará contada en flashback a través de sus ojos.

Viajamos a 1869 en Texas, decíamos, con “Tonto” (nombre del indio en la versión original, Depp dispuesto a divertirse en su yo más histriónico), esposado en un vagón de tren. Espera su destino con Butch Cavendish (William Fichtner), un matón asesino cuyo diente de plata anuncia sus intereses,tipo de forajido que representa la guardia vieja. Este intenta escapar de su ejecución pública (es un asesino descarado, les anticipo) y así conoce a John Reid (Armie Hammer de "The Social Network"), el hermano menor de Dan (James Badge Dale, de “Iron man 3”) quien es un Ranger de Texas, casado- con el amor platónico de John- y con un hijo.

"The Lone Ranger" comienza con una introducción que nada tiene que envidiarle a cualquier film de James Bond: trenes, caballos, explosiones, peleas, fugas y tiroteos. Cavendish se escapa, Dan y John van en su búsqueda, pero su misión termina al poco tiempo en tragedia poniendo al primero en el camino de la búsqueda de justicia personal.

El destino entonces, lo unirá a Toro, por supuesto, quien también tiene cuentas que saldar con Cavendish, pero quizás, de naturaleza más profunda (ya verán porqué). Los dos se conforman rápidamente como una dupla simpática y con cierto grado de carisma, aunque Depp en cada parlamento se muestra a años luz del protagonista de la historia.

Volviendo a la trama, sabemos que la llegada del ferrocarril modifica la vida de los sujetos en aquel árido contexto, y el responsable de estas transformaciones es Latham Cole (Tom Wilkinson) un hombre ambicioso que pareciera ser buen tipo, pero desde el comienzo es evidente su intención de clavarle los colmillos a la esposa de Dan. Para ponerlo simple: nuestros amigos tendrán mucho terreno para dar con la pista del bandido y la tarea, será más compleja que lo imaginable…

Los 149 minutos de duración no se tornan tan extensos como parecen, el film entretiene, aunque existen varias líneas secundarias que aportan poco...En cierta manera, nos llevan lejos de la narración principal y podrían haber caído en el corte final. Algunas de estas escenas tienen el propósito de ser divertidas, o funcionar como pintorescas, pero se muestran erráticas (las de la madama del burdel, por ejemplo)… y otras son sorprendentemente violentas, más considerando que se trata de una película de Disney (ir advertidos si tienen chicos).

Estos cambios contantes en el ritmo pueden producir cierto desajuste al que hay que ir acomodándose conforme avanza la trama. Pero el espíritu aventurero y las bromas mantienen el interés del público. Johnny Depp es el protagonista, más allá de que el título de la película haga mención al llanero solitario, las mejores líneas, gags visuales e historia pertenecen a Toro. Es difícil separarlo de Depp, y de su legendario Jack Sparrow, porque lo vemos hacer prácticamente el mismo papel.

En cuanto a Armie Hammer podemos decir que está a la altura, pero el perfil de su rol, de hombre poco hábil para muchas cosas y además, ingenuo citadino por momentos le quita luces a su justiciero.

Mención aparte para las mujeres, Ruth Wilson (Rebecca Reid) aporta poquito (sólo candidez). Y Helena Bonham Carter tiene un papel lejos de sus mejores días, hasta discutible, les diría. Ella trabaja casi a reglamento, pero a pesar de ello, se toma en serio sus líneas a lo largo de la historia.

Sí, no dejen de prestar atención a quien es, tal vez el verdadero héroe de esta película: "Silver", el caballo, quien se lleva, probablemente, algunas de las mejores escenas tanto cómicas como de acción.

Buena fotografía, escenarios amplios, variedad de efectos especiales convincentes (las escenas con trenes son de lo mejor)... Y la música de Hans Zimmer, que encaja perfectamente con cada momento del film y es una de las cosas más destacables. Hacia el cierre hay una partitura que les resultará familiar y que quedará grabada en sus mentes, denlo por seguro.

Tal vez es una película para la que había expectativas muy altas, sobre todo para fans de la serie que pueden no encontrarla tan amena, pero pese a todo, como producto puro de entretenimiento, se disfruta y mucho. Mi balance es positivo. Hi-yo, Silver, away!