El llamado salvaje

Crítica de Gimena Meilinger - Cuatro Bastardos

El Llamado Salvaje: Adaptación con gusto a poco.
Dirigida por un experto en cine de animación, Chris Sanders, la nueva adaptación de la maravillosa novela de Jack London, The Call of the Wild, publicada en 1903. Versión poco inspirada del clásico de la literatura que ya había sido llevado al cine y a la TV en varias ocasiones.
Bien podría ser una película de Disney, aunque 20th Century Fox, ahora llamada 20th Century Studios, pasó a ser parte de Disney el año pasado, así que todo quedaría en familia. La cuestión es que si vemos la historia familiar de aventuras, los paisajes, un animal como protagonista, un nudo en el estómago antes del conmovedor desenlace, todo indicaría que Disney estuvo a cargo, pero esta vez no. Además del director, Chris Sanders, que no es otro que la mente brillante tras Lilo & Stitch (2002), How to Train Your Dragon (2010) y The Croods (2013), aunque esta entrega se encuentre por debajo de la filmografía mencionada.
La historia adapta la novela del mismo título de Jack London, donde Harrison Ford y el perro Buck son las estrellas, aunque bien podría decirse que el ser humano no tiene demasiada injerencia en los 100 minutos de metraje.
A principios del siglo XX, en la fiebre del oro, Yukón era la zona preferida para los buscadores de ese metal. Los perros de trineo que pueden cubrir el terreno difícil a lo largo del río Klondike son pretendidos por todos. Como resultado, Buck, el enorme perro protagonista, es robado y vendido, transformándose su vida de un día a otro. John Thornton (Harrison Ford), se une a Buck, creado mediante la tecnología CGI (Imagen generada por computadora), en un viaje extraordinario hacia la madurez que lo lleva a convertirse en un líder. Entre ellos se apoyarán y se darán fuerza para encontrar su lugar en el mundo.
Cada subtrama se desarrolla con su debida paciencia y detalle, la presentación de los personajes y las sensaciones del animal también, lo que demuestra el interés en respetar al máximo la recordada novela. La moraleja emotiva sobre buscar el propio hogar y familia está a la orden del día. Celebra la relación entre el hombre y el perro, coloca a estos animales como protagonistas y a los humanos como sus meros acompañantes.
Harrison Ford como John Thornton, tiene una aparición breve pero buena, conmovedora y compinche con su amigo perro. Cara Gee como Françoise y Omar Sy como Perrault son los instructores de Buck, quienes forman un dúo bastante gracioso.
Donde flaquea la película es en el guion, que no hace más que dejar la sensación que la segunda mitad de la historia es la que realmente vale, siendo la primera un divague sin rumbo pero con paisajes bonitos. Recién cuando el personaje de Ford entra en escena, se establece bien la narración y aparece la emotividad. El resultado podría haber sido mucho mejor de haber acortado esa introducción sin sentido ya que sobreponer lo visual a lo narrativo pocas veces tiene buen efecto.
En lo visual es maravillosa, el elevado nivel de detalle de los animales digitales, los imponentes paisajes y los efectos especiales y de luces se disfrutan ampliamente. Hay un efecto de CGI no tan logrado que se nota sobre todo en la artificialidad de los gestos del perro, que marca una diferencia no creíble entre los movimientos humanos y los de los animales. No obstante, pasados algunos minutos deja ser apreciable. Además, se debe tener en cuenta que el trabajo es superior a la de otras películas de esta misma época, con la misma tecnología.
Aunque sean sumamente trilladas las películas emotivas de perros, siempre funcionan y ésta no es la excepción. En un relato muy edulcorado, predecible y un tanto lenta en su ritmo, entretiene y emociona en igual medida, dejando expuesto como Ford y Buck son buenos compañeros, y no amo y mascota. Este cambio de paradigma constituye un gran acierto y saca unas cuantas sonrisas.
El llamado salvaje (2020) invita a la reflexión sobre los caminos de la vida y la elección de los buenos compañeros, ofreciendo aventura y emoción. La trama llena de afecto y entretenimiento le da ese toque “Disney”. Es una cálida propuesta para disfrutar en familia.