El lince perdido

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Animación a la Española

El cine de animación cada día ganas más adeptos en el mundo gracias al perfeccionamiento de la técnica y el gran nivel en la narrativa de films como Toy Story 3 (2010) o Mi villano favorito (Despicable me, 2010). Pero no todo es Hollywood y en el resto del mundo la animación también existe. El lince perdido (2008) es uno de esos claros ejemplos de cómo con buenas ideas y profesionalismo se puede hacer una buena película.

La historia no presenta nada de nuevo ni extraordinario. Los animales se están extinguiendo y en un centro especializado intentan salvarlos llevando a cada una de las especies en peligro al lugar para cuidarlas y lograr que se reproduzcan. Pero un señor aparentemente malvado contrata a otro mucho más malvado para que las robe y se las llevé a su barco. Los animales, que corren otra vez serios peligros, deberán luchar para salvarse ellos y en cierta forma salvar al mundo de los malvados.

Si de estructura narrativa hablamos, en El lince perdido no vamos a encontrar demasiadas sorpresas. La eterna lucha de los buenos y los malos entablada por animales y humanos con redención final, al menos en parte, y final abierto para una secuela serán el eje del conflicto. El mayor logro que presenta el film es el de servir como antítesis de Madagascar (2005), aquel extraño y exitoso film en el que querían hacernos creer que los animales eran felices en el zoológico mientras en su hábitat natural la pasaban mal. Al menos los autores de El lince perdido tomaron la precaución de que la historia cuente lo natural y no el artificio de una historia falsa e increíblemente cuestionable.

La animación, de la que uno en estos días espera cada vez más, cumple con lo que promete y está correcta. Sin grandes pretensiones construye un mundo de fantasía pero cargado de realismo en dónde técnica y oficio se conjugan para mostrarnos un nivel de altísima calidad, que si bien difiere de lo que Hollywood nos presenta de manera habitual, logra una puesta personal rozando la perfección.

El film dirigido por los españoles Manuel Sicilia y Raul Garcia y producido por Antonio Banderas aprueba el examen. Sin ser descollante ni sobresaliente cumple con lo que promete, entretener y no defraudar. ¿Se puede pedir algo más? Especial para nenes de todas la edades.