El líder

Crítica de Juan Carlos Fontana - La Prensa

Una patética danza con lobos

Ottway mata a un lobo, se pone la punta del arma con la que lo mató en su boca, cierra los ojos y verbaliza como en silencio, las palabras: "vivir o morir en este día", mientras su cabeza se puebla de las imágenes de su ex mujer, a la que nunca más verá, aunque no queda claro si ella murió, o lo abandonó.

El es un francotirador, que en el terreno que circunda una inmensa refinería de petróleo, en Alaska, cuida que los lobos salvajes no ataquen a los que allí trabajan. Y poco después los acompaña en un trágico viaje en avión, en el que vivirán una de las experiencias más escalofriantes de sus vidas: la de intentar sobrevivir en medio de una tormenta de nieve y rodeado de lobos.

Este "Líder" es certero con su arma, conoce a esos animales salvajes y sabe que con ellos no se juega. Tampoco con los operarios de la refinería, muchos de ellos ex convictos, o marginales.

VIDA AMENAZADA

El filme basado en un cuento del coguionista Ian Mackenzie, habla de la supervivencia, de los miedos primarios que despiertan en el hombre, en situaciones en que ve amenazada su vida de manera irreversible.

"El líder" muestra una historia dolorosa, de una soledad visceral, existencial y de un vacío en el que no queda otra alternativa que luchar por la subsistencia, o dejarse morir.

El director Joe Carnahan construye un narración fílmica sin concesiones y sigue los pasos de esos hombres, como si se tratara de un documental. Su película recuerda la tragedia de los Andes, que vivieron el grupo de rugbierse uruguayos.

Con una exquisita fotografía, imágenes que provocan un cierto estado de paroxismo al observar esa "nada" que se refleja en el horizonte, mientras los ojos encendidos de los lobos aspiran a devorar a esos solitarios, la película tiene una excelente actuación de Liam Neeson, quien por este papel fue nominado al Oscar.