El libro de la vida

Crítica de Leonardo González - Río Negro

El libro de la vida: la muerte le sienta bien

Hacer películas para chicos es un arte difícil. Y más en los tiempos que corren en donde los pequeños están tan estimulados. El cine de animación por computadora ya llegó a la adultez (hace más de dos décadas que está en su apogeo), y supo abrir un nuevo mercado en donde tanto adultos como niños pueden disfrutarlo, unos por los guiños en las tramas y los otros por los personajes y demás.

Pero como toda película que se precie, la tecnología no es suficiente para que el film sea atractivo y tenga éxito, sino que depende de la historia que se cuente. Si repasan un poco, verán la cantidad de fracasos que hubo sólo por apostar a nuevas técnicas y no tener el sustento dramático necesario. El Libro de la Vida (The Book of Life, 2014) es un film que innova en los dos sentidos, y es una experiencia que no deben perderse.

La película comienza en los Estados Unidos, en donde un salvaje grupito de estudiantes visita un museo. Una guía atrae su atención sobre la celebración del Día de los Muertos y su significado a través de una historia de amor.

El relato comienza en el pueblito de San Ángel, en donde viven tres amiguitos inseparables: Manolo (Diego Luna), María (Zoe Saldana) y Joaquín (Channing Tatum). Allí La Catrina (Kate del Castillo), diosa antigua a cargo de la Tierra de los Recordados; y su ex esposo Xibalba (Ron Perlman), a cargo de la Tierra de los Olvidados; harán una apuesta para ver quién de los dos muchachitos gana el corazón de la niña cuando sean grandes. La Catrina apuesta por Manolo y Xibalba por Joaquín, y el que gane se quedará con el reino del otro.

El tiempo pasa, María es enviada a educarse afuera, Joaquín se convierte en un valiente y presuntuoso héroe militar y Manolo sigue el mandato familiar de convertirse en torero, aunque no puede dejar de lado su amor por la música. El día que María retorna al pueblo ambos empiezan a luchar por su corazón, y cuando todo parece indicar que ella elegirá a Manolo Xibalba se entromete y cambia el curso de los acontecimientos. Lo que pasa llevará a Manolo a tener una aventura por tres mundos fantásticos en donde tendrá que enfrentarse a sus miedos si realmente quiere conseguir lo que desea.

Sinceramente no recuerdo una película animada para chicos que cuente qué pasa después de la muerte. Un tema pesado para cualquiera que sea, o haya sido, padre y le toque explicárselo a sus hijos. Y este filme lo aborda de una forma muy inteligente amparándose en esa bella celebración mexicana que honra a sus difuntos llamada Día de los Muertos, sacándole el miedo a esa tragedia.

Visualmente es impecable, tanto sus personajes como los escenarios donde se desenvuelven son coloridos, lo que lleva a una experiencia extraordinaria para los chicos.

La idea de dividir el mundo de los muertos en dos es una idea práctica y con un gran mensaje: en la Tierra de los Recordados residen todos aquellos que fueron amados y que son honrados por sus seres queridos; está llena de color, música y alegría, lo que lleva a celebrar la vida después de la muerte.

La Tierra de los Olvidados en cambio y triste y lúgubre, y están las personas que hicieron daño a otros mientras vivían. Otro punto a resaltar es la música, cortesía de Gustavo Santaolalla, que toma varios temas conocidos (como por ejemplo Creep, de Radiohead) y los adapta maravillosamente. Así como también las maravillosas baladas que compuso que canta Diego Luna.

Este largometraje abre un nuevo capítulo en el libro de la historia del cine infantil. Vale la pena recorrer sus páginas y disfrutarlo.