El lado peligroso del deseo

Crítica de Jessica Blady - Malditos Nerds - Vorterix

Eli Roth parece haber cumplido sus fantasías más íntimas con este thriller “de terror” que lo tiene a Keanu Reeves como protagonista. La trama no tiene pies ni cabeza, pero sí chicas lindas con poca ropa y muchas ganas de hacer travesuras.
“Un pelo de c... tira más que una yunta de bueyes”, y así nomás podemos resumir el argumento de la nueva película de Eli Roth, un tipo más acostumbrado al terror hemoglobínico y violento de “Hostel” (2005), que al sesudo y atrapante thriller psicológico que intenta desarrollar con esta película.
Será por eso que “El Lado Peligroso del Deseo” (Knock Knock, 2015) es un pastiche sin mucho sentido, más cercano al porno soft o a una fantasía masculina que puede tornarse en pesadilla en un abrir y cerrar de ojos.
Pero eso no es lo que más molesta, sino la falta de coherencia a la hora de contar las motivaciones de estas dos señoritas que se cruzan en la vida de Evan Webber (un Keanu Reeves muy poco inspirado, actoralmente hablando), un amante esposo y padre de dos pequeñines, que decide quedarse en casa a trabajar durante el fin de semana mientras la familia sale de vacaciones.
En medio de una tormenta (porque siempre tiene que haber una tormenta), dos adolescentes empapadas golpean a su puerta en busca de ayuda. Las buenas intenciones de Evan comienzan cuando se ofrece a pedirles un taxi y siguen cuando accede a prestarles un par de batas para que puedan secar sus ínfimas prendas mojadas.
Ya para esta altura (unos diez minutos de película), el espectador avispado sabe que las jovencitas, Genesis (Lorenza Izzo) y Bel (Ana de Armas), están tramando algo, pero el señor (muy enamorado de su esposa artista) parece no notar los jugueteos einsinuaciones. Musiquita que va, bailecito que viene, la conversación finalmente termina en el baño con Evan cediendo a sus impulsos más masculinos, porque claro, ningún hombre que se precie como tal es capaz de negarse a un ménage a trois con dos minitas regaladas.
Lo que para el señor fue una noche de joda y cañita al aire nada más, pronto se convierte en problemón cuando las chicas deciden instalarse en su bello hogar. Tras discusiones, amenazas, chantajes y algún que otro forcejeo, Evan logra sacarlas de la casa y llevarlas a su supuesta casa, pero es ahí cuando empiezan los verdaderos quilombos.
También es donde la película derrapa sin sentido. Lo que debería ser un juego macabro del gato y el ratón, es sólo una sucesión de caóticas escenas dispuestas para castigar a un devoto hombre de familia por caer en la tentación, una tentación bastante forzada, por así decirlo.
Uno espera esa vuelta de tuerca que nunca llega o, al menos, una justificación para tanta violencia e histeria desmedida. Entre sobreactuaciones y destrozos, nunca nos queda claro si algo de lo que dicen estas chicas es verdad, pero cuando el juego se va de las manos ya no tiene ni gracia, ni misterio, ni nada que nos mantenga realmente enganchados, mucho menos la empatía con un protagonista que, de alguna forma (por boludo, más que nada) se merece todo lo que le sucede.

“El Lado Peligroso del Deseo” irrita, molesta, no entretiene y carece de todo tipo de atractivo, al menos narrativo y visual. El thriller se diluye y sólo queda la fantasía masculina, lo único que muchos espectadores podrían llegar a disfrutar.
Dirección: Eli Roth
Guión: Eli Roth, Nicolás López y Guillermo Amoedo