El lado peligroso del deseo

Crítica de Daniel Lighterman - Visión del cine

Llega este jueves el estreno de El lado peligroso del deseo de Eli Roth, protagonizada por Keanu Reeves.
Evan es un marido y padre ejemplar que queda solo el fin de semana para poder trabajar en su proyecto mientras su esposa e hijos se van de viaje. Evan recibe la visita de dos chicas que buscan cobijo y ayuda, pero pronto la visita se transforma en una pesadilla cuando Evan es seducido por las jóvenes, quienes terminan no siendo lo que parecen.

La película tiene varios problemas, el primero de ellos es lo lenta que es. La construcción del personaje de Evan y su familia es excesiva, y no está acompañada por ninguna intencionalidad, más que la de llevar al espectador al punto de quiebre que el director y guionista Eli Roth cree tan importante en sus películas, pero que solo funcionó bien en Hostel.

Eli Roth es un director muy sobrevaluado. Su opera prima Cabin Fever, era una película con mucho clima, y un punto de quiebre interesante, pero de ahí en adelante, sus películas se caracterizaron por una estética forzada, y muy poco sutiles intentos de shockear al espectador.

Las actuaciones son, por supuesto, espantosas. Keanu Reeves desborda en presencia lo que carece en talento y personalidad, y la pareja femenina está más centrada en el cliché que en lo actoral.

Otro de los problemas que tiene el film es la falta de intensidad. El personaje de Evan es torturado con auriculares y música fuerte, lo cual puede ser muy efectivo en la realidad, pero que en el contexto del lenguaje cinematográfico, es más bien gracioso… sobre todo por la poca credibilidad de Reeves.