El justiciero

Crítica de Marcelo Artal - La letra indómita

De nuevo en llamas...

A pesar de los años, a Denzel Washington le sigue quedando bien el traje de héroe implacable, frío y calculador, ése que ya ha interpretado en varias oportunidades, pero que supo componer casi a la perfección en la genial Hombre en llamas, del difunto Tony Scott. The equalizer es, precisamente, una película hecha a la medida de ese tipo de protagonista, y todo lo demás es meramente circunstancial.

Denzel arde otra vez, pero las llamas no queman como cuando tuvo que interpretar a John Creasy. The equalizer está lejos de asemejarse a Hombre en llamas, por carecer de sustancia argumental y también por su escasa complejidad dramática. Robert McCall es un héroe estereotipo del cine comercial moderno, un Jason Bourne humanizado al que cuesta creerle, pero que igual entretiene cuando le toca darle una lección al malo de turno. Lo interesante de la película, su fuerte, está en la cinematografía. Visualmente, The equalizer no es una propuesta del montón, y logra destacarse gracias a su fotografía y a una muy buena dirección en general. Todo lo demás, sin embargo, el resultado es apenas ordinario. La historia es banal e inverosímil, y el resto del reparto es intrascendente, incluido el villano de turno, perfilado según la típica receta hollywoodense.

The equalizer es una película para pasar el rato y listo. No hay mucho más que Denzel Washington enojado y buena cinematografía dentro de la cinta. Si las expectativas se contienen, es una película que entretiene la mayoría del tiempo, pero no es una pieza imprescindible para cualquiera que disfrute del cine de acción.