El justiciero

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Bajo los códigos de la propia ley

Entrenado en técnicas de lucha de brigadas especiales, su protagonista es un hombre en apariencia normal, que trabaja en una gran tienda y decide defender a una chica que es sometida por su pareja, un integrante de la mafia rusa. Estrena el jueves.

Nuevamente a las órdenes de Antoine Fuqua, con el que ya había hecho "Día de entrenamiento", Denzel Washington es el protagonista de "El justiciero", un hombre que hace justicia con sus propias manos.

"El justiciero" que se conocerá el jueves, según los que la han visto, señalan que Washington es un firme candidato a obtener su tercer Oscar por este papel, en el que hace de un indómito justiciero urbano. Para Antoine Fuqua, un director de éxito, su filme, "aspira a encontrar una masa crítica de público que permita dar continuidad a la misteriosa historia del personaje principal, McCall, un hombre que intenta pasar desapercibido hasta que las circunstancias lo empujan a descubrir que es una máquina de matar".

OLVIDAR EL PASADO

"El está tratando de olvidar su pasado, quiere ser hombre normal y ser uno más en la sociedad en la que vive. Creo que tiene miedo de lo que es realmente, y está esforzándose por no ser esa persona. Esto le funciona por un tiempo, hasta que una circunstancia externa lo obliga a tomar partido", comenta Denzel Washington en una entrevista con la agencia Efe.

La interpretación de Washington sostiene la intensidad de un filme con un argumento tal vez algo previsible y un final cerrado, en el que el único cabo suelto es la identidad de McCall, una cuestión que a buen seguro se abordará en la secuela en la que ya se encuentra trabajando el guionista Richard Wenk.

UN SIMPLE EMPLEADO

‘El justiciero’ tiene su premisa en una serie de televisión de la década de 1980 en la que el protagonista tomaba partido a favor de los indefensos y jugaba el papel de héroe, aunque el largometraje
tiene su propia identidad. McCall -a cargo de Denzel Washington-, un empleado de unos almacenes, en el que se venden artículos para el hogar, entabla una relación de amistad con una joven (Chlöe Grace
Moretz) que vive sometida al violento control de la mafia rusa.

Tras una serie de abusos, el hombre decide ayudar a la chica cueste lo que cueste. "No hay nada de superhumano en lo que él hace. Su papel se apoya en las habilidades de lucha, en las que se entrenan los agentes de unidades especiales del gobierno", explicó Fuqua, él que añadió que en la preparación
de la película se consultó a médicos, sobre lo que ocurre en algunas personas antes de vivir un hecho de
violencia.