El justiciero

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

The Equalizer fue una serie de televisión que surgió en 1985 y quedó en el recuerdo por el tratamiento de la violencia, que solía ser más realista comparada con otras producciones de aquellos días.
La trama giraba en torno a Robert McCall, un misterioso ex agente de la CIA, quien se convertía en un justiciero urbano que combatía el crimen. Varios actores jóvenes que luego serían famosos en Hollywood como Macaulay Culkin (Mi pobre angelito), Melissa Joan Hart (Sabrina, la bruja adolescente), Christian Slater y un por entonces desconocido Kevin Spacey hicieron sus primeros trabajos en la actuación en este programa.
La serie duró cuatro temporadas y se canceló en 1989. En Argentina nunca llegó a ser popular y fue opacada por otras propuestas de acción que acá tuvieron mayor repercusión como Los profesionales, Brigada A o Hunter: El cazador.
En esta adaptación cinematográfica, el director Antoine Fuqua (Día de entrenamiento, Rey Arturo) tomó los elementos clásicos del programa de televisión y los trabajó en un film de acción sobre justicieros, como los que solía hacer el realizador Michael Winner con Charles Bronson, en las décadas del ´70 y ´80.
Algo interesante de este trabajo de Fuqua es que después de su última película, Ataque a la Casa Blanca, volvió a incursionar en el género con un enfoque diferente. La violencia en este caso tuvo un tratamiento más brutal de lo que el espectador está acostumbrado a ver en las producciones de este cineasta.
El personaje de Robert McCall mantuvo su misterio y apenas se llega a conocer su pasado en la trama. El cambio más relevante es que Denzel Washington lo interpretó como un discípulo de Paul Kersey, el vengador anónimo, de Charles Bronson.
La diferencia es que este justiciero tiene un perfil políticamente correcto. Es decir, el personaje de Bronson en los ´70 mataba a sangre fría a marginales de la sociedad y delincuentes juveniles, algo que generó mucha polémica en su momento, ya que se lo consideraba un pistolero fascista.
El justiciero que encarna Denzel Washington en cambio se enfrenta a mafiosos rusos, policías corruptos y asesinos a sueldo, cuyas vidas no se hubieran modificado demasiado de haber tenido acceso a una buena educación.
La verdad que hay una magia especial en ese equipo que forma el director Fuqua con este actor. Washington tiene momentos fabulosos en el film y su trabajo es el principal gancho que logra generar un interés por la trama.
Las secuencias de acción estuvieron impecablemente realizadas y esta vez el director no abusó de la animación computada como había sucedido en su trabajo anterior.
Una debilidad que tiene esta película es que le faltó un poco más de suspenso a la trama. El argumento se enfoca a pleno en la acción y sumado al hecho que todo le sale demasiado bien al héroe, el conflicto luego se vuelve demasiado predecible.
Eso es algo que diferenció a los clásicos de Bronson como The Mechanic (1972) o Mr. Majestyk (1974), que más allá de los tiros y las explosiones te atrapaban por los giros inesperados que tenían las historias.
De todos modos, como propuesta de acción, El justiciero es un film que tiene muy buenos momentos y logra ser entretenido gracias al gran trabajo del protagonista.