El jugador

Crítica de Gregorio Catalan Berce - Subjetiva

UN COMBO DE EXCESOS

Mar del Plata tal vez no sea la mejor ciudad adonde mandar a un ludópata que lucha contra su adicción. Menos con una importante suma de dinero. Sin embargo, Alejandro Reynoso (Alejandro Awada) es fiel, no le robaría un vuelto a su jefe. Ni siquiera cuando la plata termine en las manos de dos nietos con más excesos que responsabilidades.

Se supone que Sergio (Pablo Rago) y Paulina (Lali González) manejen y expandan el negocio familiar de la carne, con el que el abuelo (Oscar Alegre) hizo su fortuna. Sin embargo, ninguno está dispuesto a seguir esos pasos, uno quiere formar su “propia empresa” y la otra quiere viajar por el mundo, alejarse lo más posible de su hermano y sus negocios. Las cosas empiezan a torcerse cuando la hermosa Paulina convence a Alejandro de que la ayude.

Dan Gueller –Fino límite, Un último robo– debuta en la pantalla grande con una adaptación de la obra homónima de Fiódor Dostoievski. El guión, que abunda en giros y vínculos que se forman y corrompen muy rápido, comienza con poca energía y hasta llega a tocar el ridículo en algunas partes. Aunque se supone que la agresividad de Pablo Rago sea el shock de adrenalina que necesita la cinta para rodar, no logra hacerse pasar por violencia más que por una pataleta de niño mimado.

Sin embargo, no todo está perdido. El film cobra fuerza con la excelente actuación del recién fallecido Oscar Alegre, que llega a Mar del Plata y a la película para poner todo en su lugar. A través de él gana también potencia Alejandro, que hipnotizado por Paulina no llega a demostrar toda su profundidad. Por último, es el que da los toques de humor más tangibles y claros.

Es una pena que también decaiga hacia el final, cuando se resuelve. Si bien el desenlace es bueno, hay algo que no termina de convencer y todo se precipita un poco. Lo peor, en ese sentido, es la escena final que llega a contar lo que se hacía obvio en la escena anterior, lo que es a la vista tan frustrante el que explica un chiste que ya todos entendieron. Innecesario.

El mayor problema es el amague. Las primeras veces que se espera algo terrible y no pasa nada ya preparan al espectador para la decepción constante. Nada tiene las consecuencias que merece. La escena de tortura se desarrolla, crece y resuelve de forma insultante en una cena que hace naufragar definitivamente el verosímil. Para colmo, la empatía con los personajes se torna de difícil a imposible. La historia es, en general, una mala apuesta.

EL JUGADOR
El Jugador. Argentina. 2016.
Dirección y guión: Dan Gueller. Intérpretes: Alejandro Awada, Pablo Rago, Guadalupe Docampo, Lali González, Esteban Bigliardi, Oscar Alegre, Andrés Zurita, Walter Donado, Florencia Viterbo. Dirección de fotografía: Julián Apezteguía. Dirección de arte: Micaela Saiegh. Dirección de sonido: Víctor Tendler. Edición: Leandro Aste. Asistente de dirección: Federico D’Auria. Jefe de producción: Martín Rago. Duración: 104 minutos.