El jugador

Crítica de Alan Schenone - Proyector Fantasma

Una jugada que no salió bien

En El Jugador (2016), el ex adicto al juego Alejandro Reynoso (Alejandro Awada) deberá visitar la ciudad de Mar del Plata para cuidar a dos nietos de un importante empresario. Entre el alcohol, drogas y juegos, Reynoso deberá tomar las mejores decisiones en un escenario en el que nadie saldrá victorioso. El Jugador es el film debut de Dan Gueller en la pantalla grande como director y guionista.

Mar Del Plata sube el telón en el epicentro de esta historia que reúne los problemas familiares, las envidias, los celos y las adicciones en la primer película de Dan Gueller como autor. En El Jugador, basada en la obra homóloga del escritor ruso Fiodor Dostoievski, ningún participante parece haber tomado la mejor decisión en un tablero en el cual todos se entrelazan y necesitan. Lamentablemente, no siempre son acertadas las formas y maneras de llevar un relato a la pantalla grande. Esto es algo que ocurre con El Jugador y, con el rol de Gueller en el cine.

La adaptación de la obra homóloga de Fiodor Dostoievski no produjo un resultado productivo en el plano audiovisual. La ambición por el dinero, el poder, las adicciones son el motus propio que hace girar la rueda de El Jugador pero que no encuentra ningún ganador, ni siquiera el espectador. En la composición en conjunto de todos estos elementos, el producto final no está a la altura de las circunstancias, ni siquiera desde sus intérpretes ni tampoco en relación a la historia original por la cual se desarrolla el film.

jugador

No hay buenas interpretaciones en todo el film salvo una gran excepción, con personajes cliché, superficiales, carentes de personalidad y hasta sobreactuados. Ni el propio Pablo Rago pudo dotar de carácter a un personaje sin carisma ni gracia. Alejandro Awada cumplió los límites que se le atribuyeron para componer al ludópata Alejandro Reynoso, pero sin salir de su zona de confort.

El punto alto -tal vez el único- de la película es la actuación del recientemente fallecido Oscar Alegre como El Abuelo, con diálogos bien atribuidos a la persona de poder que representa. Las escenas que comparten Alegre y Awada en pantalla son de lo mejor del film gracias al felling entre los dos como también a la manera correcta y eficaz en que se deja establecido como el juego y el casino seducen a los visitantes. Punto aparte para el gran actor Oscar Alegre que brindó una gran permormance en El Jugador, en lo que fue su última actuación en la pantalla grande.

El Jugador es una historia que comienza con ritmo lento y nunca termina de armarse ni arrancar. El suspenso se echa por la borda ya que no hay escenas de tensión, dramatismo ni acción en el destino de los personajes. La escena de la tortura es el límite del espectador para decidir si reírse de lo que ve en pantalla o sentenciarla en algo que no atrae ni crea empatía.

En El Jugador, las cosas pasan porque sí sin grandes consecuencias. El guión es otro punto bajo que en ningún momento toma las riendas de lo que ocurre en escena. La monotonía en la relación de los personajes como así en sus interpretaciones hacen, junto al guión, una película difícil de seguir sin caer en el aburrimiento.