El juego de Ender

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Basada en una novela histórica del género, de gran suceso dentro del círculo de lectores de ciencia-ficción hace casi dos décadas, El juego de Ender marcó el nacimiento de una seguidilla de cinco libros del autor Orson Scott Card. Y por el final de este film de Gavin Hood, con una taquilla que seguramente acompañe, está claro que propiciará una saga cinematográfica que funcione paralelamente a los textos ya escritos. Y aunque los adolescentes son los principales destinatarios de esta serie, dentro de la impuesta tendencia que une a esta franja de público con productos fantásticos, futuristas o levemente terroríficos, esta historia se avizora interesante, o al menos, con toques diferentes.

Transcurre en un no tan próximo futuro luego de un asedio extraterrestre a nuestro mundo que será repelido, pero ante una inminente nueva ofensiva se pone en marcha un nuevo programa de entrenamiento en el que intervienen preadolescentes entrenados intensivamente. Lo destacable del mensaje es que los personajes cuestionan tal artilugio, mientras que un final sorprendente y claramente espiritual y antibeligerante termina de asentar valores que promueven la reflexión juvenil, además de estimular su gusto por las aventuras espaciales. Buenas imágenes digitales y performances de un elenco que mixtura dos generaciones opuestas.