El insulto

Crítica de Martín Scola - Loco x el Cine

En el Beirut actual, un insulto que toma dimensiones desproporcionadas lleva a Toni, un libanés cristiano, y a Yasser, un refugiado palestino, a dirimir el asunto en la corte. Desde silenciosas heridas hasta revelaciones traumáticas, el circo mediático que rodea el caso expone al Líbano a una explosión
social, forzando a Toni y a Yasser a reconsiderar sus vidas y prejuicios.

La última película de Ziad Doueirinos muestra un Líbano dividido, ya no por la guerra civil, sino por la intolerancia de los partidarios del partido conservador cristiano frente a los refugiados palestinos que intentan sobrevivir en un ambiente que es a medias acogedor y a medias hostil. Uno de los partidarios es Toni (Adel Karam), un libanés cristiano, quien no tolera a los refugiados en su barrio, donde además de vivir, es dueño de un taller de reparaciones de autos. Un día, aparece Yasser (Kamel El Basha), maestro mayor de obras a quien su jefe le pide que repare una instalación ilegal de desagüe en el balcón de la casa de Toni. Al ver la reparación, Toni destroza con una maza la nueva cañería. A raíz de esto, Yasser insulta a Toni, lo que da comienzo a la trama de la película.

Doueiri nos muestra de una manera muy cruda y desprejuiciada el poder que tienen las palabras y cómo, apropiadas por gente poderosa y sin escrúpulos, puede desatar una guerra civil.
El tono de la película se vuelve más serio a medida que la trama nos va llevando de una situación a otra, escalando en gravedad a medida que se nos revelan motivos y prejuicios de uno y otro lado.

Tanto el guión como la dirección de la película son excelentes. Doueiri no pierde tiempo en pavadas a la hora de contarnos la historia y a pesar de ser una película sencilla desde el punto de vista técnico y visual, es muy rica en emociones. El guión es sucinto, sin excesos ni demasiados embrollos a la hora de llevar adelante la trama.

No voy a mentirles: El Insulto es un drama que muestra lo mejor y lo peor de la raza humana; y cómo el odio y los prejuicios pueden llevar a la ruina incluso a las personas mejor intencionadas. Un film que, en la época que vivimos, nos fuerza a replantear nuestra posición frente al mundo. Y está muy bien.