El infiltrado

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

Otra cara de Dwayne "la Roca" Johnson

Jason Collins es condenado a prisión por recibir de un amigo un paquete de éxtasis.
La cantidad encontrada en sus manos basta para darle una pena mínima de diez años, pero si colabora con la policía como informante, podría reducirla a dos y obtener algún beneficio mayor.
El hecho es que el muchacho no nunca estuvo relacionado con el negocio de las drogas. Sólo tenía contacto con su amigo y proveedor, ya detenido, y se acercó a las drogas "para probar".
Su padre, John Matthews, se separó de su madre cuando Jason era pequeño. Madre e hijo viven de manera austera, mientras Matthews rehizo su vida sentimental y goza de un mejor pasar gracias a las ganancias de su empresa constructora.
Esa distancia con su hijo mayor hace que, en principio, John lo juzgue duramente. Pero cuando cae en la cuenta de la gravedad de la situación, entiende que no se ha ocupado lo suficiente del muchacho y, seguro de su inocencia, decide intervenir haciendo un pacto con la fiscal Joanne Keeghan para infiltrarse en lo más profundo de un cartel mexicano.
El hecho sucedió. Fue publicado en la revista "Frontline" , e inspiró a Dwayne Johnson a producir y protagonizar esta cinta.
Se trata de la primera en la que "la Roca" realiza una interpretación dramática, luego de algunos estelares para la Disney y varios títulos de acción. Aunque no es uno de los grandes intérpretes del género, se le puede dar un "aprobado" y el aliento para continuar en su intento de recorrer caminos alternativos a la comedia. Lo mismo sucedió con Will Smith y lo logró.
Para el caso, Dwayne no estuvo solo, sino que se hizo de secundarios de la talla de Susan Sarandon, y de la sólida experiencia de Barry Pepper (Rescatando al soldado Ryan ) como el agente de la DEA a cargo de la investigación; Jon Bernthal (The walking dead ) como un ex-convicto que acompaña a Matthews en su misión; o el californiano Benjamin Bratt, como un delincuente de alta gama.