El incendio

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Como barril de pólvora

El primer filme de Juan Schintman en solitario, ya ha realizado otros dos en calidad de co-director, se presenta como una radiografía desgarradora de una sociedad al borde del colapso.

Representada en este caso por una joven pareja que, a partir de la postergación de 24 horas en la adquisición de su primer departamento, se despliega la crisis oculta por la que están atravesando.

La aceleración sobre las decisiones importantes asumidas sobre hechos aparentemente externos a su relación, hicieron que ambos no puedan dar cuenta de lo que se iba edificando cual barril de pólvora en su intimidad.

Dicho de otro modo, todo esta listo. Ellos tienen el dinero, pero la parte vendedora tuvo un percance y debe trasladar al día siguiente la venta del departamento. De la misma manera ellos deben trasladar el dinero hacia su viejo departamento y esconderlo, seguir ese día como uno normal, que ya no lo es, que en la quieta y tensa espera comienzan a desplegarse los interrogantes ocultados por la vorágine.

La realización narra esas 24 horas, provocando una tensión insostenible, también para el público, pues si hay algo de bonanza del filme es la forma que el director trabaja el tema para que los espectadores no puedan huir fácilmente de la identificación con la pareja protagónica. Trabajado principalmente desde la actuación de Pilar Gamboa en el rol de Lucia, ella sostiene la historia,en tanto su partenaire, Juan Barberini, como Marcelo, no es de mucha ayuda.

La violencia hace erupción desde el momento que queda expuesto aquello que permanecía escondido, no sólo en la relación entre ellos, sino que desde el guión hace despliegue de la violencia cotidiana en todos los ámbitos, los espacios públicos, los laborales, refrendados por el manejo de la cámara, nunca quieta, en permanente movimiento, hasta inquietante, traduciéndose en la violencia misma que está registrando.

Por supuesto que también está sustentado a partir de la corrección de los rubros técnicos con un diseño de sonido realista, al igual que la dirección de arte que busca ese mismo efecto, incluyendo la muy buena fotografía.

Podría endilgarse desde el guión un par de cuestiones que atentarían contra el verosímil del texto. La más importante se desarrolla en la escuela donde Marcelo se desempeña como docente y es acusado de maltratar a un alumno, la madre del mismo ya genera sentimientos encontrados y el relato de lo sucedido, y su posterior desenlace, no está a la altura del resto de la realización, claro que, para colmo de males, en esa escena falta el “pilar” del filme que es la actriz protagónica.

El otro problema, un poco más sutil es que todo lo bueno que construye en los dos primeros tercios, se empieza a desbarrancar en el momento en que debe comenzar el cierre del relato, algo del orden de la reiteración, de situaciones que no agregan ninguna información nueva hacen que el desarrollo progresivo del mismo parezca empezar a detenerse, no tanto desde la previsibilidad sino desde el interés.

Pero siempre aparece Pilar Gamboa para hacernos recuperar la atención.