El imaginario mundo del Doctor Parnassus

Crítica de Martín Morales - Cine y Movies

EL CAOS DE LA IMAGINACIÓN

Hay películas que se destacan por presentar un argumento complicado pero deslumbrante, hay otras que triunfan por su simplicidad y otras que con originalidad logran salirse del género introducido para impregnarse de diferentes características. Pero, hay otras que sin tener un desarrollo cronológico importante o difícil atraen por ser distintas, por mostrar algo de la esencia del cine arte y por invocar una locura imaginativa que se destaca en todo momento. Esto último sucede con esta cinta.
El Dr. Parnassus es un anciano que logró hacer un pacto con el diablo a cambio de poseer la vida eterna. Cansado, agobiado y sin nada de qué comer, decide junto con su hija, Valentina, y sus amigos Percy y Anton, llevar adelante un excéntrico show callejero en donde invita a sus espectadores a dar un viaje por sus sueños y así poder ganar dinero. Una última apuesta con el Rey del infierno y la llegada de un misterioso personaje van a ser los conflictos por los que ellos van a tener que pasar y tratar de solucionar.
Se podría decir que dentro de este film hay dos totalmente diferentes: la realidad y los sueños. Estas dos partes se complementan pero presentan un desarrollo totalmente distinto.
En la realidad los personajes deben luchar con el hambre, la suciedad, la originalidad, la vida y la ambición por vivir dentro de una familia tipo. Es aquí donde se plantean los problemas y donde algunos de ellos se solucionan, donde aparecen interesantes personajes y actuaciones increíbles. Pero también es el lugar donde van apareciendo las incoherencias, los saltos abruptos en la narración y una historia muy sencilla que no da lugar a las sorpresas y se deja dominar por la previsibilidad. Teniendo esto en cuenta, la primera mitad de narración se vuelve algo tediosa ya que el problema no logra explicarse con fundamentaciones y no se va a ningún lado cronológicamente.
Pero es allí donde va apareciendo el otro costado de la película y donde las cosas empiezan a mejorar. Cada vez que un personaje entra al espejo del Doctor Parnassus, donde la imaginación cobra sentido y donde lo subrealista es el principal protagonista, uno siente estar viendo otra película separada a la antes planteada. Los colores cambian, los diseños de los decorados son diferentes y las sorpresas son el principal atractivo. Hay muchísimas situaciones para pensar, mucha filosofía mezclada con los hechos principales de la cinta. Es allí donde el espectador debe empezar a seleccionar y disfrutar del festín de ridiculeces que van apareciendo y tratar de que las mismas cobren sentido.
Por el lado actoral Christopher Plummer (Parnassus) hace un trabajo muy bueno, sus momentos finales y principalmente sus charlas con el diablo son majestuosas. Tom Waits (Mr. Nick) es quien encarna al mejor personaje de toda la cinta y su actuación es perfecta. Heath Ledger (Tony), aunque no es su mejor actuación por momentos logra sacar las luces que tanto lo caracterizaron en “The Dark Knight”, para así darle identidad propia a su personaje. Quienes lograron un trabajo muy bueno son los tres actores (Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell) quienes reemplazaron al fallecido actor y lograron captar la esencia que el mismo había generado en Tony. Excelente labor de actuación.
Por el lado técnico el film es bellísimo, el vestuario diferente, sucio y coherente a la locura que desborda del guión; la edición correcta; los efectos especiales cobran protagonismo en los sueños, muy bien implementados por cierto; la música acompaña muy bien el desarrollo y la dirección difícil pero satisfactoria.
Si bien en la primera mitad la historia no va para ningún lado, el inventivo y el disfrute de la última media hora merecen que esta cinta sea vista y disfrutada. Un film raro, caótico en su desarrollo y planteamientos, diferente y muy original. Una propuesta para pensar y disfrutar, que a la vez es un pequeño tributo al fallecido Heath Ledger, uno de los más interesantes actores de su generación.

UNA ESCENA A DESTACAR: la aparición de Depp y el musical de los policías