El imaginario mundo del Doctor Parnassus

Crítica de Luis María Fittipaldi - RosarioCine

La imaginación según Gilliam

La influencia que ejercen los trabajos anteriores del director Terry Gilliam, si dudas aparecen todo el tiempo en la continuidad de su obra. Ofreciéndonos ahora esta producción donde hay concomitancia con la mayúscula "Brazil", o con "Las aventuras del Barón de Munchausen", "12 Monos", "El pescador de ilusiones" y muy especialmente al grupo cómico inglés al que perteneció durante años(Monty Phyton, y su "Monty Python's Flying Circus"), y por supuesto no olvidemos a ese algo olvidado filme: "Los aventureros del Tiempo" (Time Bandits, 1981), verdadero prodigio del cine de aventuras.

Ahora Gilliam la emprende con el Dr. Parnassus -un notabilísimo Christopher Plummer-, dueño de un circo ambulante, especie de show imaginarium, que lleva a cabo en su gran carromato-sorpresa junto a un asistente, su hija, y un enano (el mini-me de "Austin Powers"), pero el viejo ha hecho antiguamente un pacto con el diablo (nadie mejor para darle su máscara que Tom Waits), y éste se le aparecerá en contínuo para reclamarle el pago en prenda de su hija. La intervención de otro personaje extraño será la clave para el transcurrir, desenlace y final con el cual abrochará la fábula fílmica. Este personaje es actuado en póstuma aparición para la pantalla del recordado Heath Ledger, quién no pudo acabar este filme y sus partes debieron ser retomadas y completadas, a partir de un giro en el guión que hace que mágicamente se encargasen de proseguir su papel: Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrel en breves intervenciones.
Si bien visualmente es magnífica, por algún colador narrativo se escapan puntas que podían haber redondeado mejor la peli. Surrealista, onírica, delirante, casi lisérgica es esta fantasía fílmica del imaginario y extravagante Dr. Gilliam, que a su vez muestra la calidad actoral de un malogrado -por esto de su muerte repentina- Ledger, a quién se le dedica el filme.