El ídolo

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

Hay ocasiones en que uno nace con un talento, tiene un don especial para hacer algo, pero no está convencido de utilizarlo, sólo lo toma como un pasatiempo o un divertimento, muchas veces porque no lo cree verdaderamente, pero sí lo ven los demás, y eso es lo que le ocurrió al protagonista de esta película, que está basada en un hecho real ocurrido en Gaza, Palestina, y que en el 2012 fue un suceso dentro de los países árabes.
El director Hany Abu-Assad trasladó esta biografía a un set de filmación, para acercarnos la historia de Mohammad (Tawffek Barhom), quien descolló en el concurso de canto Arab Idol, llevándose el triunfo.
El relato se divide en dos períodos. Comienza en el 2005 contando la historia de una nena y un nene de edades similares, que son hermanos, y cuando no van a la escuela, están en la calle consiguiendo monedas de donde pueden, para seguir el sueño de su hermana que desea ir a actuar en la Ópera de El Cairo. Mohammad la apoya, aunque no se lo toma tan en serio y constantemente trata de desalentarla, bajándola a la tierra, y haciéndole ver cuáles son sus verdaderas posibilidades viviendo en un país marginado y en constante guerra, pero ella está muy convencida de lo que quiere, pese a su corta edad, y hará todo lo posible, junto a otros dos amigos más, de llegar a cumplir su sueño.
Su hermana cree más en él, que él en sí mismo, y será su motor en el futuro para que pueda desarrollar su arte.
Pero un hecho trágico, inesperado, cambia la situación de estos jóvenes músicos, y el relato se corre hacia el año 2012, con un ya adulto Mohammad que no se halla en su ciudad con su vida de taxista y el único medio que tiene para salir de allí es utilizar su privilegiada voz, que es todo lo que tiene.
El periplo, con ribetes heroicos por parte del protagonista, para poder salir de su país, llegar a Egipto y entrar al certamen, contado de un modo demasiado hollywoodense que le resta valor a lo contado anteriormente.
Muchas veces para lograr algo, llegar a conseguir alguna cosa que uno desea mucho, con tener habilidad, capacidad, no alcanza para llegar a la meta, se necesita la ayuda de otros, el reconocimiento de los demás para entender lo que uno vale, y una pizca de suerte, como lo tuvo el personaje principal de esta historia.