El hombre invisible

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Llega una nueva versión de El hombre invisible de H. G. Wells a cartelera, esta vez dirigida y escrita por Leigh Whannell y con Elisabeth Moss como protagonista.
Leigh Whannell fue uno de los responsables de la saga El juego del miedo. Desde su participación, tanto como guionista como protagonista de la primera entrega, hasta la fecha continuó trabajando con James Wan hasta incluso dirigir uno de los olvidables episodios de Insidious, la precuela del capítulo 3, su ópera prima. El hombre invisible es su tercer largometraje y el más ambicioso: un nuevo acercamiento a uno de los monstruos de Universal, producido por la exitosa Blumhouse.

El primer acierto de esta nueva versión que propone Whannell es la de presentar a un villano que, más allá del rasgo de ciencia ficción, genera un miedo muy real. La trama sitúa a Cecilia, una mujer que intenta escapar de una relación abusiva y consigue encerrarse en la casa de un amigo gracias a la ayuda de su hermana. Al poco tiempo de no poder salir ni siquiera a la vereda a buscar el correo, le llega la noticia de que el hombre está muerto: se suicidó y le dejó una cuantiosa suma de dinero.

Cuando las cosas parecen empezar a acomodarse, percibe una extraña presencia que se va manifestando hasta límites impensados. Ella sabe que su pareja era un científico millonario capaz de cualquier cosa con tal de controlarla.

Cecilia sufre el acoso de esta persona a la que no puede ver, de la que no puede defenderse y para lo que no puede recibir ayuda alguna porque nadie le puede creer. Una persona que la va aislando, que va armando cada escena de manera meticulosa para que su vida se transforme en un infierno. La violencia de quien no le permite que tenga una vida sin él, quien necesita controlar cada paso.

Elisabeth Moss es la actriz que tiene un personaje muy difícil no sólo por lo que conlleva entregarse a un género que siempre exige mucho de una, sino por hacerlo sola, como las escenas en las que es atacada por esta figura que no vemos. Ella siempre está muy creíble y es el corazón de la película como esta mujer que además de luchar contra un violento machista, lucha contra algo que no puede ver, lo que lo vuelve más aterrador. Moss es el elemento principal de una película que demuestra además no necesitar de grandes efectos especiales.

Porque más allá de la lectura evidente, también estamos ante una película de género entretenida y atrapante, con necesarias vueltas de tuerca y sorpresas, aunque quizás al final suceden muchas cosas de un modo rápido. Si bien funciona mejor en el plano de thriller psicológico también se permite jugar con la premisa poderosa que tiene entre sus manos: la historia de un hombre invisible puede abrir muchas puertas.

El hombre invisible es una efectiva película de terror con necesarias dosis de suspenso y sorpresas. Es también la historia de una mujer que sufre abuso por parte de su pareja y nadie le cree porque se les dificulta creer en lo que no pueden ver. Y es una muestra más del talento actoral de Elisabeth Moss.