Ant-Man: El hombre hormiga

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

Menos es más

Marvel supo utilizar sabiamente a su último personaje debutante en el cine para dar por finalizada la Fase 2 de su Universo Cinematográfico, otorgándole todos los condimentos necesarios para narrar una película de género a partir de una trama clásica donde se nos presenta al héroe, él descubre sus poderes y se enfrenta al villano. Se trata de una de las películas de Marvel más rápida de asimilar en los últimos años, lejos de cargarla de grandes despliegues y conflictos filosóficos, lo que nos concede la posibilidad de no apabullarnos.
Todo el despliegue visual es impecable: Peyton Reed, su director, recrea con excelencia el ambiente diminuto en donde Ant-Man lleva a cabo su acción, lo que salva muchas veces de la repetición en su guion. El mismo está coescrito entre Edgar Wright (quien iba a ser el director originalmente pero por discrepancias con Marvel se retiró), Joe Cornish, Adam McKay y también el propio Paul Rudd, lo que apostó sobre todo al humor absurdo, liviano. Lo que podemos ver sobre todo en el festivo Michael Peña y sus secuaces.
Más humana que otras producciones de Marvel (el doctor Hank Pym que interpreta Michael Douglas es quien lleva más alto la voz cantante del melodrama), es Paul Rudd quien toma el protagonismo (a quien le sienta bastante bien por cierto) acercándose a un Star Lord más que a un Thor en cuanto a su personalidad. El rol de Evangeline Lilly como Hope, la hija de Pym, es el que encontramos más desdibujado en todo el film, pero que muy a pesar de su poco despliegue marcado por la trama, tiene sus momentos de destaque, como las escenas donde entrena a Scott Lang.
Hay cameos de personajes, referencias a otras películas del UCM y a S.H.I.E.L.D, que si no conocen no se perderán de nada; pero en cambio para los fanáticos será un guiño de complicidad. Y sí, tenemos dos escenas post-créditos que nos calientan los motores para el futuro del Universo Cinematográfico de Marvel en la Fase 3.

Dosis de acción, comedia y aventuras hacen de Ant-Man un film sin demasiadas ambiciones pero que cumple con su propósito, donde Marvel sale aireoso en su final de año cinematográfico.