Ant-Man: El hombre hormiga

Crítica de Leonardo González - Río Negro

Ant-man: un gran insecto

Stan Lee creó cientos de personajes para Marvel, entre ellos "Ant-Man" (Hombre Hormiga). Apareció en "Tales to Astonish" #27 en enero de 1962, y su historia tenía que ver con el brillante científico Hank Pym que inventaba una sustancia que le permitía cambiar de tamaño. Además, podía comunicarse con insectos, especialmente con las hormigas.

Ant-Man y su pareja Wasp (Avispa) fueron parte de los miembros fundadores de Los Vengadores, es por eso que a los fanáticos les extrañó que no estuvieran en la película del grupo de superhéroes.

Lo cierto es que Marvel tenía otros planes para él: presentarlo con su propia película y que cierre la Fase 2 del Universo Cinematográfico de Marvel -la Fase 3 la abrirá Capitán América: Guerra Civil )-.

A decir verdad, desde finales de la década del 80 que se viene desarrollando un filme sobre este minúsculo superhéroe. Lee escribió una pequeña presentación para New Line Entertainment, pero la productora encontró la premisa demasiado similar a "Querida, Encogí a los Niños".

Durante más de dos décadas el proyecto durmió el sueño de los justos hasta que en 2003 el director Edgar Wrigth le propuso a Marvel hacerla.

Desde ese año desarrolló el filme, hizo el guión, eligió y contrató al elenco, pero en 2014 abandonó todo debido a diferencias creativas con Disney, dueña desde 2012 de Marvel Studios.

El realizador Peyton Reed, otro fanático de los cómics, tomó la posta y "voilá", se despachó con este hermoso filme que es muy entretenido de principio a fin.

Scott Lang (Paul Rudd) es un ladrón que acaba de salir de la cárcel. Después de ser liberado lo único que quiere es recuperar el tiempo perdido con su hija Cassie (Abby Ryder Fortson). Pero claro, no es fácil conseguir trabajo para un ex convicto, incluso aunque tenga una maestría en Ingeniería Electrónica. No tarda en aceptar el encargo de un robo y, junto a su grupo de amigos, ingresa en una casa y se lleva lo que encuentra dentro de la caja fuerte: un extraño traje.

En realidad, todo fue planificado por Hank Pym (Michael Douglas), un brillante científico y ex-agente de S.H.I.E.L.D., que inventó la tecnología (el traje) para reducir su tamaño. Pym necesita de Scott para entrenarlo, convertirlo en el nuevo Ant-Man y que se enfrente a Darren Cross, su antiguo protegido que se apoderó de su compañía y, a través de experimentos peligrosos, crea una versión avanzada y moderna del traje de Hank, al que llama Yellowjacket. Scott, Hank, y su hija Hope (Evangeline Lilly) tratarán de detenerlo antes de que sea demasiado tarde.

Era una apuesta difícil la de Ant-Man, principalmente por dos motivos: no es un personaje tan conocido y el público está medio hastiado de tanta película de superhéroes. Digamos la verdad, a la segunda parte de "Los Vengadores" no le fue muy bien.

Este filme sortea esos problemas. Desde "El Hombre Increíble" para adelante que las películas sobre "reducción de tamaño" atraen, por decirlo de alguna manera.

La elección de Paul Rudd, un actor muy identificado con la comedia y que levantó polvareda al principio, resultó un acierto. Le da fluidez y el tono justo a su personaje, además de aportarle la comicidad necesaria a la historia. Otro que destaca es Corey Stoll, que compone un villano a medida.

Hay dos escenas después de terminar la película: una en la mitad de los créditos y otra al final, la última que le da el pie al próximo film de Marvel.

Guarden sus insecticidas y disfruten a pleno de esta película.