El hombre de los puños de hierro

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

Tarantino (sólo) presenta

El Hombre con los Puños de Hierro (The Man With The Iron Fists) carga con el peso de tener tanto en su trailer como en el póster la frase "Quentin Tarantino presenta". Si este gancho comercial surte efecto el espectador esperará a cambio del precio de la entrada recibir un producto con cierta calidad o al menos cierto código expresivo (mal llamado "estética"). Lo cierto es que el caso de este film es similar al de la serie televisiva "Alfred Hitchcock presenta" en donde lo único que había de aquel director era justamente su persona presentando las diversas historias. Lo análogo entre ambos casos es que tanto en uno como en el otro se explota sólo una faceta del universo del director que apadrina otorgando un productos planos (cabe mencionar que algún que otro episodio de Alfred Hitchcock presenta es destacable).

El film es un ejercicio de análisis de un movimiento cinematográfico que intenta ser mezclado con otros estilos y actualizado a nivel formal, todo un pastiche postmoderno. Este tipo de cine en buenas manos dio como resultado gran cantidad de obras enormes en cuanto a calidad pero películas como El Hombre con los Puños de Hierro demuestran la complejidad que requiere si se desea llegar a buen puerto.

La opera prima del rapero RZA propone un punto de partida simple que es complejizado por la suma de gran cantidad de clanes que invaden el argumento pero de los cuales no nos dan mayor información más que el tipo de vestimenta y armas que usan. El embrollo sirve para dar lugar a múltiples escenas de acción (algunas mejores logradas que otras) y dar rienda suelta a un festín de sangre y cuchillos varios. La película debería ser eso, una divertida fiesta de hemoglobina, tripas y humor pero la ejecución por parte del director es tan torpe y en general forzada que distrae. Cuando como en este caso a esto se le suman actuaciones poco esmeradas, el espectador comienza a prestarle atención al guión, los diálogos y todas esas cosas que obviamente son incoherentes porque la idea inicial era que no las tengamos en cuenta. Diferenciar en este punto que cosas están realizadas adrede para ser humorísticas y cuáles son errores resulta tarea difícil así que uno empieza a dudar de todo.

En el apartado técnico la banda sonora resulta más eficaz cuando trabaja sobre el rap que cuando intenta ser efectista. En el primer término es acertada y saca de contexto al film resultando agradable. Cuando va por lo segundo se vuelve más que trillada.

El Hombre con los Puños de Hierro de RZA no termina de funcionar como divertimento ligero y deja en claro que puede continuar experimentando con el cine pero definitivamente debe dejar de actuar.