El hombre de acero

Crítica de Fernando Iannantuono - Cine crítico

El superhéroe por excelencia

Grandiosa película del mítico superhéroe conocido como Superman. Una gran historia donde de manera magnífica se narra un nuevo origen cinematográfico del hombre de acero. Todos los detalles desde los más grandes hasta los más pequeños funcionan a la perfección y el espectador será bombardeado por toda clase de escenas de acción entrelazadas en una trama maravillosa trama de autodescubrimiento.
Empezando por la obligatoria escena inicial del escape de un planeta Krypton en ruinas por el pequeño bebe Kal-El, "El hombre de acero" pone en juego su mejor carta, "la mitología Kryptoniana". Una raza descrita en pequeñas escenas, que sin lugar a dudas, impactan al mostrar el terrible desenlace de una utopía científica donde a pesar de tener características humanas, la lógica en su comportamiento los terminó llevando a la ruina y como esa misma linea de pensamiento convierte a los últimos sobrevivientes en temibles villanos que harán todo lo posible por subsistir.

Definitivamente es espectacular el desarrollo de la fuerza antagónica de la película. Uno de los mayores inconvenientes de Superman siempre fue hacer creíble que el hombre invencible podría ser derrotado. Por lo tanto, el haberlo enfrentado con alguien tan poderoso como Zod, llena a la trama de magnetismo, tensión y espectacularidad. Mientras lo verdaderamente maravilloso de Zod y sus soldados, se presenta inexorablemente en su composición. Una fuerza militar casi psicópata que hará lo imposible por complacer su directiva primaria, constitutiva y de nacimiento, proteger al planeta Krypton.

No obstante, como sucede en cualquier historia clásica de Hollywood, el general Zod no es el único conflicto de la película. Detrás del enfrentamiento bélico subyace el problema de identidad de Superman y cuál debe ser su responsabilidad con la raza humana. Un conflicto que se instaura con el propio superhéroe siendo aconsejado por sus dos padres, biólogico y adoptivo, y su interés romántico la reportera Luisa Lane. Las distintas instancias no solo irán marcando el camino del héroe sino que también lograran definir su propia personalidad. De esta manera sobresale la participación de Kevin Costner como el padre adoptivo cuyo rol resulta tan emotivo como asombroso.

Si bien en toda producción cinematográfica uno puede encontrar instancias que pudieron haber sido pulidas de mejor manera, resulta increíble como "El hombre de acero" plantea una trama tan fascinante que minimiza cualquier arista imperfecta. Fallas argumentales como podría ser el hecho de que resulta ilógico que Superman, alguien sin nada de entrenamiento en lucha, pueda derrotar a unos militares Kryptonianos entrenados para la guerra o inclusos problemas narrativos, como la falta de un climax significativo y poderoso, si se toma en cuenta que en el duelo final gran parte del conflicto ya se había resuelto, terminan siendo pequeños errores que no afectan al maravilloso desempeño de la película.

Realmente cada personaje dentro de la historia brilla de tal manera que permiten forjar una extraordinaria trama que parece ser más simple de lo que verdaderamente es. Aunque no deje ningún cabo suelto o pregunta sin contestar, deja un fuerte argumento sobre la naturaleza constitutiva del hombre. De tal manera es impresionante como una historia tan profunda pueda contener tanta acción en pantalla como la que brinda.

El despliegue de efectos visuales es sin lugar a dudas impactante y novedoso. No es algo que uno pueda rápidamente creer que nunca a visto antes, pero la dificultad impuesta en las escenas de acción es tan grande que el mérito de su efectividad es altísimo. Detrás de cada movimiento de Superman y sus enemigos se esconde el desafío de demostrar sus habilidades sobre humanas. Aunque en películas previas se había logrado hacerlas verosímiles, en esta nueva producción no se necesita creer. La fuerza, velocidad y fotaleza descomunal se siente y se percibe con una tangibilidad que verlos pelear será visto tan natural como fascinante.