El hijo de Dios

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

El bien y el mal definen por penal

Decía el recordado periodista deportivo Dante Panzeri que “el fútbol era la dinámica de lo impensado” y esa premisa es la que tuerce dentro del campo de juego de El hijo de Dios una historia de injusticias que encuentran en el trabajo y la solidaridad de equipo la llave para levantar la moral de un pueblo sojuzgado.

En ese sentido, y fiel al western, el pueblo de Betania -imaginario, claro está- vive sometido al yugo de Pilatos (Agustín Repetto), quien además de ser arquero del equipo de la policía, maneja todo lo concerniente al fútbol y además hace valer, a fuerza de amedrentamiento de cualquier subversión o resistencia, una forma de jugar que pone en jaque el estilo libre o el fútbol de potrero.

En el mismo derrotero, quien se cruza en el camino de Pilatos, en vísperas al partido de Pascuas que se jugará el viernes santo, se encuentra un trío de forasteros, integrado por Juan (Paulo Soria), Santiago (Juanki Lo Sasso) y Tomás (Ignacio Ballone). Vistos con recelo por los lugareños y detenidos arbitrariamente por el propio Pilatos, ellos deben aceptar el enfrentamiento en la cancha para obtener su libertad.

¿Alguien se acordará de Escape a la victoria (1981), con Sylvester Stallone como arquero y Pelé como el mesías salvador del equipo de los convictos? Bueno, aquí aparece Jesús (Bruno Alcón) y las cosas se dan vuelta en lo que sería un duelo para el western devenido en esta ocasión partido épico, muy bien sostenido en términos cinematográficos.

A la idea de parodia debe sumársele un puñado de personajes secundarios vistosos como El Ruso Verea en el rol de Bautista, el rebelde, María Magdalena (Marina Artigas), encabezando la resistencia popular y el enérgico relato futbolero a cargo de Diego De La Salla, con algunos apuntes de frases célebres de reconocibles relatores deportivos.

La esmerada puesta en escena hace de esta propuesta original no por el contenido, sino por la forma, un bonus que junto a un ritmo sostenido dominan el partido los 92 minutos, sin necesidad de alargue y con muchos detalles por descubrir, siempre en torno al fútbol, al western y a la constante referencia al cine.