El guardián del zoológico

Crítica de Diego Lerer - Clarín

Animales sueltos

Un hombre habla de amor con jirafas, gorilas y leones.

Así como existe la Factoría Apatow en la comedia de Hollywood (por el responsable de Vírgen a los 40 ), hay otra “factoría”, menos respetada pero igualmente prolífica que es la que encabeza Adam Sandler, con películas e nlas que actúa o produce para sus amigos. En este caso es para Kevin James quien, dirigido por Frank Coraci ( La mejor de mis bodas ), protagoniza esta historia acerca de Griffin, un tierno cuidador de un zoológico quien viene de un rechazo sentimental fuerte que lo ha dejado algo deprimido.

Años después Griffin sigue en el zoo y no hace más que contarles sus penurias a jirafas, elefantes, leones y primates. En una fiesta previa a la boda de su hermano, reaparece Stephanie (Leslie Bibb), la chica que lo dejó y que ahora lo vuelve a mirar con interés.

Ahí es cuando los animales deciden reunirse y, hablando en perfecto inglés (una lástima que la película aquí sólo se vea doblada ya que las voces de Nick Nolte, Sylvester Stallone, Cher y Sandler le otorgan una cuota extra de humor), se ponen de acuerdo para ayudarlo a reconquistarla. Lo que ellos no saben, pero el público sí, es que Stephanie quiere que Griffin abandone el zoo. Ni tampoco ven, como nosotros, que la colega que encarna Rosario Dawson (lo mejor de la película) es una mejor conquista para él. Griffin escuchará a los animales y, luego del shock inicial, cual Dr. Doolittle podrá entablar relaciones con ellos, en especial con un gorila triste y recluído.

Hasta la mitad, el asunto podría calificarse como bastante divertido. Pero llegado un punto la trama se estanca en las complicaciones prácticas de “conseguir a la chica” y, como comedia familiar que es, apuesta a un humor físico poco original (con excepción de una escena de baile en la boda). De ahí en adelante, casi es más interesante la amistad entre Griffin y el gorila que su problemática entre dos mujeres que, a decir verdad, uno nunca termina de creerse que puedan estar interesadas por él.

Sin apostar del todo al absurdo ni tampoco a la comedia romántica, El guardián del zoológico se queda a mitad de camino y no llega a ser la muy buena comedia que prometía. De cualquier manera, con sus desniveles, encuentra varios momentos de humor inesperados con algunos comentarios de los animales. Bah, al menos en inglés son divertidos. Doblados, ¿quién sabe? «