El grillo

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Un ejercicio sobre la memoria emotiva

El Cine Cordobés en esta ocasión nos trae un nuevo título, que si bien ofrece un argumento sin estructura alguna, se vale de dos actuaciones con muchísima imaginación.

El Gato y la Obra

El Grillo cuenta la historia de Graciela, una restauradora de casas, y Holanda, una actriz del teatro under, que por motivos que no dan a conocer comparten una casa. El conflicto y/o objetivo, si lo hay en el sentido tradicional de la narrativa, reside, por un lado, en un monologo que Holanda está ensayando para una obra de teatro próxima a estrenar, y por otro, en el gato de Graciela que misteriosamente desaparece.

No hay lo que se dice una evolución narrativa en la película. Es prácticamente una obra de teatro filmada donde oscilamos entre los ensayos de Holanda, y Graciela buscando su gata o sus encuentros con el jardinero que viene a cuidar las plantas de la casa.

Los diálogos son mas una introspección y reflexión sobre el pensamiento y el pasado de los personajes más que aportar un avance narrativo. A pesar de que hay algún que otro elemento que podría contribuir a crear una narrativa tradicional, es el conocer a estos personajes y sus idiosincrasias a fondo es a lo que apunta esta película. Si ese fue su objetivo, pues se ha cumplido.

Una obra de teatro filmada

La fotografía y el montaje están pensados para acompañar el aspecto actoral, ya que pasamos de escenas con plano y contraplano, a escenas en donde no hay un solo corte. Esto no pasa tanto por un regodeo técnico, sino para registrar sin interrupción lo que parece ser una actuación marcada e imaginada en el momento; una espontaneidad que un cambio de plano podría arruinar. Lo que demuestra un cuidado del director para con sus actores, no solo desde la marcación, sino como conservar esa frescura cuando la película se está montando.

El aspecto actoral de El Grillo es lejos el más solido y el más preparado. La coreografía de los movimientos haría parecer a esta película como una de las obras de teatro en las que Holanda estaría actuando. Pero algo que quiero destacar es la imaginación y la utilización de la memoria emotiva en el aspecto interpretativo. El que la película no tenga una historia concreta les juega en contra, no voy a mentir, pero sus expresiones y la entrega de los diálogos no se puede negar que son producto de una preparación extensa que ha traído resultados, ya que sentí que no estaba viendo personajes, sino viendo a gente en su estado más natural; desafío actoral intrincado si los hay.

Conclusión

El Grillo es un experimento de actuación interesante. No tanto sobre el valor de la imaginación en el aspecto interpretativo, sino del saber desde la dirección cuando un corte beneficia o perjudica al mismo.