El gran simulador

Crítica de Rodrigo Piedra - Indie Hoy

Quizás uno no tiene a René Lavand por su nombre pero al primer resultado de Google Imágenes sabés que en algún lado lo viste. Nacido en Tandil, fue un ilusionista que adquirió fama mundial especializado en los trucos de carta. Sería “un mago más” si no fuese por la particularidad de que a los 9 años perdió su brazo derecho en un accidente. Con esta particularidad, y con un interés cada vez más fuerte por la baraja, Lavand tuvo que ser un autodidacta a la fuerza porque todos los libros y técnicas “son para magos de dos manos”.

Néstor Frenkel, uno de los mejores documentaristas de nuestro país, en su filmografía se dedica a capturar historias de vida extraordinarias, únicas pero con un elemento en común: la pasión. A saber: Amateur (el obsesivo del super 8 que grabó un western argentino), Buscando a Reynols (la historia de la banda porteña Reynols) o Construcción de una ciudad (la fabulosa historia de reconstrucción de la localidad entrerriana Federación).

Lavand falleció en febrero de este año y Frenkel en 2013 estrenó el último registro de esta magia, con entrevistas a la estrella en su residencia sobre su fama mundial, su vida personal, y su truco más conocido, ese que siempre remataba con “No se puede hacer más lento”. En El gran simulador no faltan las imágenes de archivo nunca vistas, bien a lo Frenkel.