El gran showman

Crítica de Flor Salto - Loco x el Cine

Para ser su debut en la silla de director, Michael Gracey ha construido un musical con todas las letras. Ya lo dijo el propio Hugh Jackman –ahora protagonista en The Greatest Showman– cuando fue host de los Premios de la Academia hace apenas algunos años atrás: “The musical is back, ladys and gentlemans”. Y no fue coincidencia ni premonición, porque este es un proyecto que el multifacético actor viene preparando desde 2009, con roles tan populares como el de Wolverine en la saga X-Men de Marvel Cómics, pasando por grandes romances como el de Australia junto a Nicole Kidman, y hasta llegar a una ambiciosa adaptación como la de Los Miserables .

La nueva película de los mismos escritores de letras musicales que La La Land (tal y como se regodea su poster) es un biopic con elementos de fantasía que hacen a la esencia del relato, ya que se nos está contando la historia del primer hombre considerado productor del showbiz en Estados Unidos, P.T. Barnum; mientras para muchos era un farsante (y algo de razón tenían), para otros era la persona más innovadora, creativa e imaginativa de New York, y luego del mundo entero.

El Gran Showman nos enseña muchos aspectos de este negocio, así como también grandes valores que nos hacen seres humanos. Mitos como el de la mujer barbuda o el hombre más pequeño jamás visto (y también el más alto), nacieron gracias a este señor, que acuñó el término circo que hoy día utilizamos no sólo para referirnos a lo que pasa dentro de esa tienda itinerante que solía montarse en pueblos y ciudades. Justamente, fue en mayo de este 2017 que tuvieron lugar los últimos shows de Ringling Brothers y Barnum & Bailey Circus, debido a la escasez de público y a las constantes protestas en defensa de los animales, un tema que está presente en el film y que fue resuelto utilizando puro CGI.

En el aspecto musical, como les anticipaba, nunca se pierde el centro de atención, ni de la historia, ni del combo canto+baile. Quien no disfrute de esto, pues entonces que no se someta al sufrimiento, ya que al igual que Moulin Rouge, The Greatest Showman es un espectáculo hecho y derecho. Ya sucedió con La La Land, que fue duramente criticada porque hacía agua en cuestiones argumentales; aquí no pasa, pero no deja de ser una ficción al servicio de los sentidos, específicamente en lo visual y auditivo.

Zendaya es una de las sorpresas, con números en trapecio para los que no utilizó doble y que son muy atractivos. Zac Efron eligió una gran oportunidad para su regreso, ya que desde High School Musical que no demostraba su talento para esto; de todos modos tampoco es que hace un trabajo excepcional, y para lo joven que es está muy por debajo de la destreza que despliega Hugh Jackman. Michelle Williams brilla con su belleza y su sensibilidad para los dramas donde el amor nos toca lo más profundo del corazón.

Ya con tres nominaciones a los Globos de Oro y probablemente algún Oscar en camino para la temporada de premios que se viene, la película es una muy bonita forma de despedir el año y darle la bienvenida a un 2018 que ya planea traernos la secuela de Mamma Mía, entre algún otro musical que de seguro nos sorprenda pronto, sin mencionar a una de las grandes contendientes que quién sabe si no nominarán como Mejor Película: COCO.