El gran pequeño

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

Fábula obvia y sensiblera

Filmada con un presupuesto de 26 millones de dólares, con un elenco de estrellas -Emily Watson, Tom Wilkinson, Kevin James- al que fue difícil convencer para que participaran (no querían filmar en México por el ambiente de inseguridad que se vivía en ese momento en aquel país) y una estética deliberadamente inspirada en las famosas ilustraciones del artista estadounidense Norman Rockwell, El gran pequeño es una película obvia, lacrimógena y orientada a promover al cristianismo (el cine "faith based" es desde hace mucho todo un género).

Su atribulado protagonista es un niño (Pepper Flint, interpretado por Jacob Salvati, elegido tras un casting al que se presentaron cerca de mil interesados) cuya baja estatura lo convierte en el centro de las burlas de otros chicos del pueblo de California en el que vive. El único aliado con el que cuenta es su padre (Michael Rapaport), pero todo se desmorona con el inicio de la Segunda Guerra Mundial y la partida al frente de batalla de ese hombre que para él es, naturalmente, un émulo de Dios.