El gran Gatsby

Crítica de Diego Serlin - Todo lo ve

El director de Romeo + Julieta y Moulin Rouge, Baz Luhrmann, regresa a la dirección con esta nueva adaptación de la novela homónima de F. Scott Fitzgerald, que ya fue llevada a la gran pantalla en varias oportunidades siendo la mas recordada aquella de 1974, dirigida por Jack Clayton, con Robert Redford y Mia Farrow como protagonistas y guion de Francis Ford Coppola.

El gran Gatsby relata los pasos del aspirante a escritor Nick Carraway (Tobey Maguire), que en busca de su propio sueño americano llega a Nueva York en una década donde la moral ligera, el contrabando de licor y el esplendor de wall street se sucedían al ritmo del jazz. Allí conocerá a su excéntrico vecino multimillonario Jay Gatsby (DiCaprio), con quien quedará fascinado y experimentara el suntuoso universo de las fiestas y el alcohol, a cambio de un pequeño favor que involucrara a su prima Daisy (Carey Mulligan) y su aristocrático y mujeriego marido, Tom Buchanan (Joel Edgerton).

La novela original relataba cómo la obsesión de un hombre por recuperar el pasado terminaba destruyendo su presente, y escenificaba un romance casi tan trágico y condenado a la vez que ironizaba sobre el hedonismo, el libertinaje y la autodestrucción de las élites privilegiadas que nadaban en la abundancia a mediados de los años 20.

Para esta nueva adaptación, Luhrmann repite la formula estética y narrativa de sus producciones anteriores, centrada en el espectacular diseño de producción y vestuario, el vertiginoso trabajo de cámara y una anacrónica banda sonora a cargo del rapero Jay Z mas arreglos musicales estilo Pop de Lana Del Rey y Beyoncé, sacrificando la riqueza temática y el desarrollo de personajes de la novela original en pos del espectáculo visual y el entretenimiento.

Tras un comienzo de una extravagancia, glamour y teatralidad abrumadora, con una banda sonora que poco tiene que ver con la época en la que transcurre la historia pero que genera una innegable fascinación, el relato se ira romantizando, perdiendo ritmo e interés para terminar en la una típica historia de amor imposible, sueños incorruptibles y gran tragedia.

Leonardo DiCaprio, Carey Mulligan y Tobey Maguire conforman junto al resto de los protagonistas un gran reparto que no logra conmover ni en las escenas más dramáticas, y donde, curiosamente, es el 3D que dota de un sentido de proximidad con los personajes y los fascinantes escenarios, quien logra retener la atención del público.

Es poco habitual que un recurso técnico como el 3D sea tan influyente en este tipo de géneros, pero en esta oportunidad les aseguro será preponderante a la hora de mantener el interés en una historia que lo pierde a mitad del relato.