El gato con botas

Crítica de Juan Campos - Loco x el Cine

Mucho antes de su aparición en Shrek, el Gato con Botas (voz de Antonio Banderas) vivía en un orfanato de un pequeño pueblo. Allí conoció el amor gracias a su mamá adoptiva, y el valor de la amistad junto a Humpty Dumpty (voz de Zach Galafinakis). Ellos, inseparables, planearon durante toda la vida recuperar las habichuelas mágicas, llegar al castillo del gigante y robarse a la gansa que pone huevos de oro, pero algo se pudre entre ellos, y el Gato será quien pague los platos rotos.

Un tiempo después, el Gato con Botas vuelve a su ciudad porque escuchó el rumor de que dos grandulones sanguinarios, Jack y Jill (voces de Billy Bob Thornton y Amy Sedaris) tienen en poder estas semillas mágicas, e intentará conseguirlas a como de lugar. Pero no será el único, ya que la temeraria Kitty Patitasuaves (voz de Salma Hayek) también las quiere, y no sólo para ella, ya que es tan solo el brazo de acción de un cerebro que funciona más rápido que el de todos: el de Humpty Dumpty. Ahora, en una supuesta tregua, los tres intentarán conseguir el preciado tesoro, para ascender a los cielos y tener riqueza infinita gracias a la gansa de los huevos de oro.

Esta nueva producción de DreamWorks fue dirigida por Chris Miller, responsable de Shrek 3, que vuelve sobre su personaje favorito de la saga para contar algunas de las cosas que pasaron antes de cruzarse con el ogro, Burro y los demás. Si hay algo verdaderamente interesante en esta película es que no vemos a ninguno de los personajes de la saga de donde el Gato salió, sino que la desición fue que él sea el protagonista absoluto de esta historia, en su universo y en su lugar, y la desición no podría haber sido mejor, ya que sin dudas El Gato con Botas es una de las mejores películas animadas del año.

Por empezar, las referencias a otras películas de aventuras y hasta de westerns son increíbles. Si se tiene un mínimo conocimiento cinéfilo, El Gato con Botas podrá disfrutarse el doble. Por otra parte, y al igual que otra película que tributó westerns (Rango), no es del todo recomendable para audiencias más pequeñas, porque si bien el humor muchas veces cae en las cachetadas, otras se convierte en algo bastante subido de tono. Si no les gusta explicar cosas incómodas, esperen unos añitos. Es posible que todo esto sea gracias a la pequeña manito que ofreció en la película otro confeso fan del personaje, Guillermo Del Toro, que también agregó algunas voces.

Por su parte, Antonio Banderas y Salma Hayek asumieron sus roles con total naturalidad. Se podría decir que entre esos dos gatos hay una tensión amorosa nunca vista en un dibujo animado. Y, como si fuera poco, hay coreografías. Con gatos. Vuelvanse locos.

En definitiva, si van a ir al cine en estos días, El Gato con Botas es sin dudas una de las mejores opciones. Y como consejo, les recomiendo que la vean en español (¡de verdad, es mucho más graciosa!) y en 3D, ya que los escenarios tienen una profundidad hermosa y pocas veces vista desde el boom masivo de esta tecnología. En otras palabras, no se la pierdan.