El futuro que viene

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

El debut como directora de la también guionista Constanza Novick, El futuro que viene, explora el universo femenino a través de la amistad entre dos amigas según pasan los años y los vaivenes de la vida. La frescura y cierta irreverencia en la puesta compensan un guion por momentos estático. ¿Quién entiende a las mujeres, quién sabe de los secretos que se esconden en el corazón de una mujer?
Probablemente nadie mejor que otra mujer, su mejor amiga, más si es una amiga de toda la vida. A la vez, esa mejor amiga puede ser la más dura de las rivales; sino pregúntenle a Flor y Romina, las protagonistas de "El futuro que viene", promisoria ópera prima de la más conocida como guionista Constanza Novick ("El camino", "¿Sabés nadar?"). Historia narrada durante tres etapas, como si fuesen los actos de una obra teatral, todo comienza en la pubertad o temprana adolescencia.
Flor y Romina son compañeras de colegio y mejores amigas. La vida de ámbas, de clase media capitalina, es diferente. Romina es hija de una peluquera que vive su vida libre y coqueta, sale por las noches, le enseña a su hija a arreglarse, y es casi todo lo que una niña quiere ser cuando sea grande.
Flor atraviesa un momento complicado con el matrimonio de sus padres en mal estado, y una madre más “convencional”, o según la lente, aburrida. Desde se momento podemos ver que Flor vive su vida a través de la vida de Romina, una constante que se repetirá en las diferentes etapas. Duerme más en casa de Romina que en la suya, y hasta Romina relega el enamoramiento con un compañero del colegio, porque a Flor le gusta más. Elipsis mediante, Flor (Pilar Gamboa) regresa de México escapándose de su novio dramaturgo que cree que la engaña con otra actriz. Aterriza en casa de Romina (Dolores Fonzi), casa y con un bebé.
Si bien la situación económica de Romina ya no parece ser la que era, y hasta podríamos decir que los roles se invirtieron, no será tan así, Flor sigue siendo el espíritu libre que Romina debe cuidar, aunque las grietas se empiecen a notar.
El último acto nos llevará a una actualidad en la que ambas tienen hijas en la misma edad de ellas cuando comienza la historia, y otra vez, Romina parece estar ahora viviendo la historia de su madre, pero Flor aparece con reproches. Si pensamos en películas con amistades femeninas no podemos eludir el ícono y modelo a seguir de "Eternamente amigas", clásico de Garry Marshall con Bett Midler y Barbara Hershey.
Las similitudes entre ambas películas no son escasas, a grandes rasgos, Pilar Gamboa podría ser Bette Midler y Dolores Fonzi Barbara Hershey. Sin embargo, lo que varía definitivamente en el film de Novick es el tono de las situaciones. Allí donde Eternamente amigas caía en el melodrama, en la lágrima y en The wind beneath my wings, "El futuro que viene" opta por un tono de comedia, dramática, pero fundamentalmente comedia.
Determinadas escenas y diálogos pueden hasta resultar algo descolocantes por su humor algo burlón, paródico, y absurdo, pero en definitiva descomprimen la situación expresada.
La puesta en escena opta por el detalle de época para diferenciar bien las diferentes etapas sin especificar un año puntual. Podemos intuir que son los fines de los años ochenta, los inicios del nuevo siglo, y la actualidad. Las referencias son varias y hasta divertidas, como un diálogo evocativo a "Clave de Sol". Pilar Gamboa y Dolores Fonzi tienen mucha química de amigas reales en pantalla, si miran y pareciera que comparten secretos.
Los destaques son parejos, si bien el ritmo del relato lo lleva Romina/Fonzi, es Flor/Gamboa el personaje estridente, verborrágico, y por lo tanto el más atractivo en cuanto a desarrollo; repetimos, no así en ductilidad, siendo que ambas se lucen por igual. Por supuesto, los personajes masculinos, como el marido que compone Esteban Bigliardi quedan relegados, no por falta de talento (que sobra en este actor), sino porque estamos frente a un film femenino.
El ritmo del relato no siempre es parejo, y hasta a veces pareciera que la historia queda algo chica. Se entiende en una propuesta que apunta más a las emociones, y estados de ánimo entre los dos personajes, que a grandes sucesos relevantes. El tono simpático y relajado serán lo que hará que el film nunca decaiga ni aburra.
"El futuro que viene" es una película simple y a la vez querible, que intenta mostrar un universo en el que otras mujeres puedan verse reflejadas, sin golpes bajos ni grandes momentos de bajada de línea moral. En definitiva, cada chica es como es, y lleva su feminidad como puede.