El fulgor

Crítica de Ricardo Ottone - Subjetiva

En el pasado Bafici 2021 se estrenó Gualeguaychú, el país del carnaval. Aquel film dirigido por Marco Beger, un documental con varios rasgos de ficción, tenía por escenario al famoso Carnaval de la ciudad entrerriana y como protagonistas principales a dos jóvenes trabajadores del campo que además participan todos los años de las populares comparsas.

En el guión Berger colaboraba con su amigo y socio Martin Farina, quien también fue codirector con él de Taekwondo. Un año después llega El fulgor, dirigida esta vez por Farina, mientras Berger lo acompaña desde la producción.

En más de un sentido Gualeguaychú y El fulgor son películas hermanas aunque también independientes, semejantes en algunos puntos y muy diferentes en otros. Los puntos de contacto más evidentes están precisamente en el escenario y los protagonistas. El carnaval de Gualeguaychú es nuevamente uno de los ejes, aunque ya no tan exclusivo, mientras que Vilmar y Franco, personajes principales del film de Berger vuelven a los mismos escenarios y a interpretarse a sí mismos, aunque por momentos no tanto. El fulgor se podría pensar como el reverso de Gualeguaychú, donde al brillo del film de Berger, Farina le contrapone algo más de oscuridad, como un lado B un poco más misterioso.

Los escenarios de El fulgor oscilan fundamentalmente entre el campo donde los trabajadores realizan sus tareas habituales, que la cámara sigue con atención al detalle, en donde Vilmar es el que adquiere más presencia sobre todo en lo que hace al sacrificio y faenado de animales, y los momentos de preparación y festejo del Carnaval esta vez con ambos en rol protagónico. A estos se les suman escenas de carácter onírico, algunas en una fábrica aparentemente abandonada y otras a las que se podría calificar como más idílicas o bucólicas con un Franco deambulando como una suerte de personaje natural e inocente. Esta presencia de lo onírico tiene un gran peso en el film y al principio Farina parece querer diferenciarla con el uso del blanco y negro, aunque luego esa distinción se va borrando y la línea entre lo supuestamente real y lo supuestamente fantástico se va haciendo intencionalmente más difusa.

El fulgor es un film de corte experimental, que no sigue una narración lineal y que en su poco más de hora de duración prescinde casi completamente de los diálogos, salvo por un breve recitado. Este último rasgo es fundamental a la propuesta, aún cuando, según su realizador, esto no fue pensado así de movida, sino bastante más tarde en la producción. Esto permite a Farina realizar un trabajo muy minucioso con el sonido y con la música, compuesta por el propio Farina junto a Jorge Barilari. El sonido que al principio del film parece apegado a la imagen, por ejemplo acompañando las escenas de faena en el campo, a medida que avanza va contradiciendo esa impresión en tanto se van agregando capas de sonido, ruidos, murmullos y una música que oscila entre los climas inquietantes y los momentos disonantes. A veces estos estos elementos se suman provocando cierta crispación, algo con lo que el realizador se permite bromear cuando algún personaje reacciona inesperadamente a esa banda sonora que se suponía extradiegética.

Si en el film de Berger El Carnaval era la celebración dionisiaca de los cuerpos, en el de Farina parece otra cosa. El homoerotismo, aunque presente ya no tiene la misma relevancia, y las imágenes del desfile, mayormente en blanco y negro y con sonidos y fondos musicales que se superponen a la música de las comparsas, transmiten algo que también tiene que ver con el abandono y el éxtasis pero desde un lado más perturbador y hasta siniestro. Farina, además de director, guionista y compositor, se hace cargo además de la fotografía, haciendo un trabajo igualmente minucioso con la imagen, con muy cuidados encuadres, y también del montaje en donde presta gran atención al ritmo.

Se trata de un film que apunta en buena medida a lo sensorial y también a brindar varias capas de sentido, que puede ser visto como el capítulo fantasmal del díptico o como un experimento autónomo y cautivante.

EL FULGOR
El fulgor. Argentina, 2021.
Dirección, guion y fotografía: Martin Farina. Intérpretes: Vilmar Paiva y Franco Heiler. Sonido: Martín Farina y Gabriel Santamaría. Música: Martín Farina y Jorge Barilari. Duración: 65 minutos.