El fin del Potemkin

Crítica de Diego Serlin - Todo lo ve

Sobrevivir en el extranjero

Producido por Luis Puenzo y dirigido por Misael Bustos, este documental reconstruye a través de entrevistas y material de archivo, la historia de dos marineros rusos. Dos personajes que han quedado varados en la ciudad de Mar del Plata, en la década del noventa, lejos de sus familias y sin dinero para regresar.

Se trata de Victor Yasinskiy y Anatoli Atankievich, dos marineros de la ex URSS, y trabajadores del ex barco mercante Latar II. A bordo, quedaron sesenta tripulantes de un barco que cambió su rumbo. Y las vidas de todos.

Esta es la historia de El fin del Potemkin, en la que Misael Bustos juega con la notalgia y el difícil proceso de adatación que sufrieron estos extranjeros que llegaron a La Feliz. Una contradicción en un film también rico en contrastes (la llegada de los veraneantes y ellos observando todo desde lejos) que no subraya más de lo que debe, sino que se limita a contar una historia que combina nostalgia, recuerdos y un presente incierto donde la falta de trabajo es moneda constante.

El desafío de los verdaderos protagonistas consiste, veinte años después, en sobrevivir y pelear en el destierro al que fueron sometidos. La distancia, la visión de los familiares a miles de kilómetros y los ojos húmedos de Victor hablan por sí solos.