El extraño mundo de Jack

Crítica de Rodolfo Weisskirch - A Sala Llena

A veces da enorme placer ver un clásico. Especialmente uno de esas películas malditas, que marcaron una diferencia, una ruptura en los géneros, y que no fueron suficientemente apreciadas, e inclusive subestimadas en el momento del estreno.

Pasaron 16 años desde que se estrenó esta joyita cinematográfica producida por Touchstone Pictures y Walt Disney. Fue la conciliación definitiva que tuvo Burton con la compañía que lo había rechazado en su momento, porque pensaban que sus ideas eran demasiado “oscuras”. Y era cierto. El Extraño Mundo de Jack lo confirma, pero en cada plano, hay luz, conciencia, esperanza, una moraleja acerca de que hay diferentes mundos dentro de uno mismo, y no se puede discriminar sin conocerlos.

El mensaje sigue intacto, y con el paso de los años, el mundo de Halloween adoptó a Jack, casi como una emblema de esta festividad en sentidos extracinematográficos.

La película tiene la marca de sus tres geniales e innovadores creadores. A pesar de que Burton está acreditado como creador de la historia y productor, la película lleva su sello en cada árbol, en cada rostro, en cada movimiento, en cada personaje. Pero también es cierto que Selick, como director, ha demostrado en sus posteriores trabajos un autoría que conecta este trabajo con Jim y el Durazno Gigante, Monkeybone o Coraline. El hecho de que siempre haya dos mundos, uno “real” y otro de fantasía, donde los personajes pasan por arte de magia, es una marca invariable de su filmografía. Aunque claro, Burton retomó el tema en El Cadáver de la Novia.

Sin embargo, hay un tercer eslabón fundamental en esta película: Danny Elfman. Las canciones, la música, la voz del colaborador habitual de Burton ha logrado en esta película su participación más importante, y por eso es co productor. Otra sería la historia sin Elfman.

Más allá de la evolución que tuvo la animación stop motion desde 1993, El Extraño Mundo de Jack conserva por suerte un gran impacto visual. Tres años de trabajo. Más de 100 personas animando. Un trabajo increíble. Es realmente virtuoso el esfuerzo por mejorar el sonido, la imagen y agregarle efectos en tres dimensiones. Este es el segundo re estreno que tiene la película en este formato, lo cual agradezco personalmente, porque la vi por primera vez en video casero, y no pude verla el año pasado. Según tengo entendido esta vez, reemplazaron el doblaje español, por un castellano más neutro, al que estamos más acostumbrados los argentinos. Esperemos que algún día podamos verla, aunque sea en funciones trasnoche, en su idioma original.

Igualmente el efecto 3D no es realmente efectivo con películas que fueron filmadas en 2D. Pasó con Boogie, el aceitoso, y sucede lo mismo esta vez. Pienso que en realidad, son muy pocas las películas que hasta ahora aprovecharon realmente el nuevo chiche de Hollywood. Habrá que ponerle las fichas a Avatar de Cameron o el preoxido y muy esperado regreso de Burton con Alicia en el País de las Maravillas.

Mientras tanto, disfrutemos como si se tratara de una película en medio de alguna retrospectiva en el Malba o la Lugones donde los clásicos se viven como si se hubieran estrenado ayer, de esta obra, convertida en culto, por toda una generación.