El etnógrafo

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

Vivencias de un hombre que analizando una realidad se encuentra a sí mismo

Preguntas respondidas son las de “El Etnógrafo”.

Ser.

Este es el tema fundamental de este gran documental.

John Palmer llegó a Argentina en la década del ‘70. El hombre se (dedicaba) dedicó a la etnografía, o sea al arte de comprender lo que dicen, hacen y piensan personas con lazos culturales, sociales o de cualquier otra índole.

Paradógicamente los que vayan a verla no encontrarán una visión desde lo profesional, sino una vivencia. La idea del experimento, sí. Pero más aún su resultado.

Palmer define su primera impresión en forma de pregunta. ¿Cómo es posible vivir en este mundo de una manera diametralmente opuesta a la que tenemos los que nos sentamos cómodamente a escuchar conclusiones de una investigación? ¿Desde qué lugar nos proponemos admirarla, valorarla, incluso vivirla?

La excelencia de esta obra comienza con la voz de Palmer contándonos lo que él mismo desconocía y eventualmente no esperaba encontrar. Es cierto. Eran otras épocas. Los ideales estaban a flor de piel aún para aquellos con pensamiento exacto.

Lo cierto de esta historia es que “El etnógrafo” se fue convirtiendo a sí mismo. Se fue redefiniendo al punto de transformarse el propio profesional en objeto de estudio.

En medio de todas estas cuestiones, hay un metraje que nos acompaña como espectadores a meternos en el mundo que una vez fue profesional y hoy está lleno de reflexiones. Una manera de contestar a las preguntas que hoy podrían ser antagonistas al "sistema" en donde todo está masticado, entendido y entregado para su rápido proceso.

El espectador que vaya a ver “El etnógrafo” deberá saber que la horma del zapato no es fácil de encontrar y, por si fuera poco, no es fácil de asimilar.

Acaso un mundo justo no pueda ser llevado a cabo sin involucrarse a fondo. Las imágenes de “El etnógrafo” cuentan el todo de un "algo" y dejan, a través de su testimonio, la puerta abierta para muchas respuestas, dependen de lo que cada uno esté dispuesto a preguntarse.

Brillante.

Calificación: Exclenete. (Iván Steinhardt)

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Información complementaria

a propósito de Palmer y el pueblo wichí

El antropólogo británico John Palmer, investigador de la Universidad de Brookes, y radicado en Salta, es el protagonista del documental "El Etnógrafo", en el que funciona como eje para dar voz al universo wichí.

"La película tiene el objetivo de abrir los ojos al mundo wichí, y yo estoy en el punto medio de estar casado con una wichí y trabajar en comunidades, pero soy el contacto desde el que se abre un panorama más interesante", le dijo a Télam Palmer

Es etnógrafo y se dedica al estudio descriptivo de las costumbres y tradiciones de los pueblos, por eso el título de la película, aunque para Palmer "debería llamarse `La esposa del ex etnógrafo`".

Sin duda, Palmer es el protagonista del filme de Ulises Rosell, cuya cámara sigue los pasos del "hombre blanco", tanto dentro de su hogar multicultural en su rol de asesor legal de la comunidad Lapacho Mocho, cercana a la localidad de Tartagal, cuando parlamenta con una petrolera extranjera para que cese de perforar territorio comunitario.

"Durante la filmación de la película fuimos testigos de cómo entra un grupo petrolero a hacer un pozo, con el nivel de despliegue que implica la maquinaria pesada, sin ningún tipo de aviso previo a la comunidad, como si fuera tierra de nadie, con la bandera china", contó Rosell.

El director sintió que él y su equipo eran "bienvenidos en la comunidad, porque había una conciencia de encuentro oportuno y de no estar llevándose nada, sino vivenciando".

Precisamente el vivenciar es el aspecto que hermana la actividad de "el etnógrafo" Palmer y el documentalista Rosell: uno porque empezó su tesis de doctorado en territorio wichí, aunque no logró concluirla en el primer intento, por lo que regresó y se aquerenció, ganando en compromiso y renunciando al distanciamiento con el "objeto de estudio".

El otro, porque entrenado en la cultura audiovisual, constató en un territorio que le era desconocido que desde la ciudad se "ve" lo que es la vida de otras culturas sólo en los momentos de crisis espasmódicas, por lo que persistió en el "mirar", se asomó a un mundo diverso y logró abrirlo panorámicamente al espectador.

Palmer arribó al Chaco salteño hace más de 30 años con un doctorado en curso, para estudiar la cultura wichí, pero al cabo, estableció familia con Tojweya, una mujer con la que tiene cinco hijos que fluyen entre el inglés, el wichí y el castellano.

Desde aquel entonces, "obviamente hay diferencias, pero no hay mejoras", dice Palmer respecto al proceso de revalorización de los derechos de los pueblos originarios.

"Hay grupos de gente que siempre estuvieron trabajando en la parte social, comprometidos con la cuestión indígena en la promoción de los derechos, y sí lograron darles un poco más de conciencia de sí mismos a los indígenas", consideró.

Asimismo, "lograron introducir en la agenda político estatal la cuestión a partir del `94, con la reforma de la Constitución, cuando se dio el paso principal, pero hoy estamos viendo un retroceso legislativo con la reforma del Código Civil", opinó.

Palmer señaló que "la reforma quita derechos, ya que actualmente se reconoce la posesión de la tierra que naturalmente ocupan, mientras que con la reforma, se les va a reconocer la posibilidad por comunidad de ser titulares de un inmueble rural, con una personería jurídica típica de asociaciones civiles que nada tiene que ver con la propiedad comunitaria".

Según Palmer, "la organización social del pueblo wichí no se puede reducir a una sola comunidad sino a una red de comunidades, que tiene vínculos orgánicos entre sí de parentesco, matrimonio, e incluso alianzas políticas si la cuestión no está calma".

"Comparten un espacio de uso y aprovechamiento para la recolección y subsistencia, pero no hay exclusividad sobre un terreno", en el que pueden estar convergiendo tres comunidades en un espacio que no es exclusivo de ninguna, describió.

Palmer señaló que "al delimitarlos se está creando un sistema que los obliga a cambiar sus condiciones de vida, influye en su concepto de sí mismo y fragmenta la representación".

Además, adviertió que "en lo ecológico, va a ser insustentable porque dejará espacios intermedios donde terratenientes e intereses de todo tipo van a hacer un mosaico territorial totalmente diferente, en el que seguramente se va a reducir la cobertura forestal y la biodiversidad"